El Alavés no ha podido dar la campanada en el Camp Nou. No diremos que ha merecido puntuar frente al líder. pero sí ha estado a punto de aprovechar la sorprendente desconexión del Barcelona al inicio de la segunda mitad.

Asier Garitano, con un solo cambio –Luis Rioja por Javi Muñoz–, ha desmantelado el planteamiento de Valverde, que se ha marchado al descanso con dos goles de ventaja. Un 2-0 que hacía justicia a la superioridad de los locales, porque los albiazules no han realizado ni la más remota acción ofensiva. Un disparo muy desviado de Wakaso ha sido lo más destacado de los gasteiztarras.

Griezmann, en el minuto 14, ha abierto el marcador. Parecía el inicio de la goleada pero el Barcelona ha sido incapaz de ampliar la ventaja hasta el minuto 45, por mediación de Arturo Vidal. ¿Qué ha pasado en ese tramo de juego? Posesión apabullante de los culés y cantidad de fueras de juego. En ese sentido, el Alavés ha estado atento para anular los envíos a la espalda de los defensores y ha provocado cinco fueras de juego de los blaugrana en el primer acto.

Sea como fuere, el 2-0 hacía justicia y se presagiaba un largo segundo tiempo. Hasta que Rioja ha intervenido en el juego. Wakaso ha pasado a ocupar uno de los puestos del trivote, y con esa variación ha desconectado al Barcelona. Pere Pons, con un gran cabezazo a centro de Duarte, ha recortado distancias y el propio Duarte ha tenido el 2-2 en un testarazo que se ha marchado lamiendo el poste.

Messi desatasca el partido

El Barcelona parecía fuera del partido, ha perdido innumerables balones que no le ha sacado provecho el Alavés, y dos decisiones arbitrales le han permitido volver a demostrar su superioridad. Un choque entre Umtiti y Wakaso, resuelto por bote neutral, ha dado pie para que Messi hiciese su gol para desatascar el partido que se le iba complicando a medida que pasaban los minutos.

Luis Suárez, de penalti, ha hecho el definitivo 4-1.

El Deportivo Alavés suma una nueva derrota, termina el año sin puntuar pero, por lo menos, ha vuelto a las buenas sensaciones. La lástima es que esas sensaciones no sean suficientes para evitar terminar el 2019 al borde del descenso.