Asier Gómez-Olivencia, investigador en el departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UPV/EHU, dirige un grupo internacional que ha descubierto un conjunto de fósiles de la época neandertal entre unos restos que proceden de las excavaciones realizadas por el prehistoriador José Miguel de Barandiaran entre 1967 y 1974 en Axlor, en el municipio vizcaino de Dima.
Hasta el momento, en la CAV solo se habían localizado tres fósiles neandertales: un molar superior de leche hallado en el yacimiento de Arrillor (Araba) y dos dientes de adultos en el de Lezetxiki (Gipuzkoa), si bien en esta última cueva también se encontró un húmero de un individuo preneandertal.
Además, el Arkeologi Museoa de Bilbo exhibía hasta ahora otras tres piezas dentales, también de Axlor, que se creían neandertales, si bien la nueva investigación, codirigida por el miembro del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) Joseba Ríos-Garaizar, ha confirmado que se tratan de restos de Homo sapiens.
Asier Gómez-Olivencia explica que los yacimientos musterienses, vinculados a los neandertales, que cuentan con restos «son contados» pues, aunque existen «muchísimas evidencias de las actividades» de esta especie, es «muy raro» hallar un fósil neandertal. Por este motivo, no es de extrañar que, como en otros muchos casos, la investigación que ha permitido realizar este nuevo hallazgo surgiera «un poco por azar», en el marco de otro proyecto que pretendía localizar fósiles de cuón, un cánido extinto en Europa pero que en la actualidad aún sigue viviendo en Asia.
«Con este fin –recuerda Gómez-Olivencia– nos pusimos a revisar la colección de las excavaciones que hizo Barandiaran en Axlor y nos encontramos con varias sorpresas». La primera de ellas –concreta– fue el descubrimiento de unos huesos de águila real, cuervo, lince y lobo que tenían marcas de corte realizadas por los neandertales, un hallazgo «excepcional» que fue «la primera evidencia de este tipo» documentada en la zona Cantábrica.
«La segunda se produjo al localizar un diente de leche humano», precisa el experto, quien aclara que fue esta última evidencia la que le movió a «montar un equipo internacional de investigación para revisar toda la colección antigua más minuciosamente».
En este equipo multidisciplinar, cuyos resultados serán públicados próximamente por la prestigiosa revista ‘American Journal of Physical Anthropology’, tomaron parte especialistas del University College of London, el Muséum National d'Histoire Naturelle de París, de la Universidad Complutense de Madrid, de la Autónoma de Barcelona y del centro de investigación Ikerbasque, coordinados por especialistas de la UPV/EHU.
Gracias a las nuevas tecnologías, el equipo determinó que los tres dientes del Arkeologi Museoa, que durante 40 años se pensó que pertenecían a un neandertal no eran tales, sino de Homo sapiens. Algo que también quedó reforzado por el hecho de que los cuadernos de campo de Barandiarán, revisados por primera vez, explicaban que habían sido encontrados en «tierra suelta» y no dentro de un sedimento.
Antigua colección de Barandiaran
No obstante, la mayor de las «sorpresas» estaba aún por llegar ya que, el museo albergaba restos humanos de la antigua colección de Barandiaran que suponían el mayor conjunto de restos neandertales de Euskal Herria: un incisivo y un molar de leche, un incisivo de un adulto y un fragmento de un hueso parietal cuyo grosor determinó que no correspondía a un individuo infantil.
Todos estos fósiles han sido estudiados ahora por primera vez mediante microtomografía axial computerizada, lo que han permitido analizar su morfología externa e interna, así como la de sus raíces, para obtener unos datos que han sido tratados mediante «las más modernas técnicas estadísticas y de reconstrucción virtual».
Estos nuevos hallazgos constatan, según Gómez-Olivencia, la «gran importancia» del yacimiento de Axlor «para entender a los neandertales a nivel de comportamiento». «La secuencia estratigráfica que tiene Axlor es excepcional –describe el codirector Joseba Ríos-Garaizar–. Es la más importante del Cantábrico porque el registro arqueológico muestra cambios en el porcentaje de los animales cazados y también en el tipo de herramientas de piedra usadas, junto a pequeñas evidencias de caza de aves y carnívoros, que apuntan a un comportamiento flexible».
«Estamos hablando de que distintos grupos fueron cambiando su cultura a lo largo de miles de años y vemos esos cambios en el mismo yacimiento, lo que es muy interesante y hace que, a nivel penínsular, tanto por sus fósiles como por su conjunto arqueológico, Axlor sea uno de los yacimientos neandertales de referencia», concluye Gómez-Olivencia.