Los diez puntos muy genéricos que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentaron apenas dos días después de las elecciones del 10 de noviembre se han transformado este 30 de diciembre en un programa de 50 folios, que sigue manteniendo ambigüedades y no tiene contenidos concretos para Euskal Herria.
Los líderes del PSOE y Unidas Podemos lo han presentado muy sonrientes en el Congreso, en esta jornada de lunes que está moviendo fichas de dominó en cascada hacia la investidura de Sánchez.
Iglesias ha concedido alcance «histórico» al documento, afirmando que pone fin a una «década perdida» para los derechos sociales o la situación en Catalunya. Ha situado el embrión de este programa en la pujanza del movimiento feminista o las mareas en favor de los servicios públicos, y considera que puede convertir a España «en un referente de modernidad» frente al «crecimiento de la extrema derecha en Europa».
No ha perdido ocasión en alabar la «generosidad» de Pedro Sánchez y ha añadido que «será un honor que sea nuestro presidente», pasando así totalmente la página de desencuentros pasados.
El líder del PSOE ha cogido el guante para dar las gracias a los negociadores de Unidas Podemos. Le ha devuelto a Iglesias el elogio a la «generosidad» y ha añadido otro por la «responsabilidad» de su interlocutor y ahora socio.
Pedro Sánchez ha destacado elementos como la «cohesión territorial» (el programa tienen un apartado sobre la llamada España vaciada), la digitalización de la economía, la transición ecológica o el empleo digno. La idea central del programa es, en su opinión, «la idea de progreso» porque «este país tiene condiciones para ser referencia en muchos ámbitos».
Lo más reseñable políticamente de su comparecencia ha sido la afirmación de que no resulta imposible garantizar la gobernabilidad, más allá de la investidura y que incluso ello supone un acicate: «Es una gran oportunidad para hacer las reformas que necesita nuestro país», ha dicho antes de añadir que «la gente exige soluciones».
No ha habido margen para preguntas (ni siquiera se ha permitido la presencia de redactores en la sala, solo cámaras), por lo que cuestiones como la fecha del intento de investidura siguen sin aclararse.
Pensiones, eutanasia, inmatriculaciones...
En las 50 páginas presentadas hoy destaca el prisma progresista en materia fiscal, el compromiso de actualizar las pensiones en función del IPC, el anuncio de que ahora sí habrá regulación legal de la eutanasia o la intención de tratar de recuperar bienes inmatriculados por la Iglesia.
La cuestión catalana, por contra, se despacha en apenas dos líneas no mucho más explicitas que las extremadamente ambiguas del 12 de noviembre, que hacían incluso un guiño a Ciudadanos ahora ya superado: «Abordaremos el conflicto catalán impulsando la vía política a través del diálogo, la negociación y el acuerdo que permitan superar la situación actual».