«¡Esto es inadmisible! Mientras unos parásitos acumulan grandes fortunas a costa del esfuerzo de otras personas, los trabajadores y trabajadoras están condenados a la precariedad: ¡este enero han muerto ocho trabajadores! En Euskal Herria, el parásito más grande se llama Daniel Maté: tiene un patrimonio neto de 1.660 millones de euros. ¡El equivalente al presupuesto de la Diputación Foral de Bizkaia para este 2020! En Euskal Herria, los 10 más ricos acumulan 6.800 millones de euros», ha manifestado la portavoz Eneritz Zabala.
También ha denunciado que «precisamente, mientras algunos amasan ingentes fortunas, cada vez son las personas que lo están pasando mal. En el sur de Euskal Herria, las personas que viven en situación de pobreza y riesgo de exclusión son 437.000 –datos de Cáritas–. Con todas ellas podrían llenarse ocho estadios como el de San Mamés».
Mediante esta simbólica ‘desparasitación’, Sortu advierte de «la gravedad de la situación. En lo que va de año ya han muerto dos personas que pernoctaban en cajeros automáticos, y se han registrado ocho muertes por accidentes laborales. Las reformas laborales impuestas por diferentes gobiernos españoles han provocado un aumento del número de trabajadores que no pueden llegar a fin de mes».
Por ello, «nos sumamos a la petición de un salario mínimo de 1.200 euros y apostamos por poder decidir aquí en materia de empleo. Además, observamos el malestar de pensionistas y viudas, y hacemos nuestra la defensa de las pensiones mínimas de 1.080 euros. También reivindicamos la soberanía de nuestro país con el fin de poner en marcha todas estas medidas, ya que la falta de competencias y la existencia de injerencias externas nos impiden a menudo adoptar medidas para que la gente viva de manera digna, como ha ocurrido en el caso de las becas anuladas por el Tribunal Supremo».
«Las diferencias provocadas por este capitalismo salvaje son injustificables. Confebask y CEN estarán satisfechos; nosotras, no. Y denunciamos la irresponsabilidad del señor Urkullu, que en lugar de estar al servicio de la gente, prioriza los intereses de los parásitos», en palabras de Zabala.
Sortu considera que «hay innumerables razones para secundar la huelga general del 30 de enero convocada por la Carta de Derechos Sociales. En Euskal Herria necesitamos competencias y capacidad para poder decidir las políticas sociales y económicas adecuadas a nuestras necesidades: un sistema de pensiones propio, una normativa laboral propia que también regule en materia de cuidados y conciliación. En definitiva, necesitamos soberanía».
«Las personas nos merecemos vivir con dignidad, sin ningún tipo de injerencia. Creemos que la huelga del 30 de enero es una huelga a favor de nuestras vidas, a favor de la democracia, contraria a la imposición que imponen las élites neoliberales», ha concluido.