El informe geotécnico encargado por el Ayuntamiento de Donostia a la ingeniería geotécnica Ikerlur sostiene que «no puede establecerse una relación entre las obras subterráneas» de la pasante del metro y el desprendimiento de la ladera registrado a la altura de los números 31-33 de la Avenida de Zarautz el 19 de noviembre del pasado año, que los vecinos y el movimiento Satorralaia atribuyen a las obras de la citada infraestructura ferroviaria.
En el estudio, de más de 400 páginas y difundido por el Consistorio, se señala que la ladera que se derrumbó es «potencialmente inestable como consecuencia de la orientación de los planos de estratificación con respecto a la pendiente», lo que puede dar lugar «a roturas planares».
«Bajo unas condiciones hidrológicas desfavorables, se generan presiones hidrostáticas en las diferentes familias de discontinuidades de la roca, provocándose la disminución del factor de seguridad», apunta el informe.
A partir de estas conclusiones, los expertos recomiendan, entre otras medidas, la construcción, entre los números 31 y 33, de un muro bulonado de 10 por 3,4 metros para sustituir al derruido, además de reforzar la malla provisional dispuesta sobre el talud con bulones y cables adosados.
El informe indica que las obras deben comenzar «de forma inmediata, para evitar que el movimiento progrese ladera arriba».