Las autoridades israelíes han ordenado poner en cuarentena en una base militar a 200 turistas surcoreanos ante el riesgo de que hayan contraído el nuevo coronavirus. La base está en el asentamiento judío de Har Gilo, en la Cisjordania ocupada.
La medida, que se produce después de que 18 peregrinos surcoreanos dieran positivo por coronavirus poco después de regresar a su país, ha desencadenado las protestas de los colonos de Har Gilo, que han salido a la calle y cortado carreteras para exigir al ministro de Defensa, Naftali Bennett, que cancele esta «decisión peligrosa e irracional».
«Hemos descubierto las intenciones del Ejército de establecer una instalación de aislamiento médico en el corazón de un asentamiento civil. No es posible en modo alguno. Incluso si hubiera necesidad de un tratamiento inmediato al virus, esta medida no puede tomarse a espaldas de las autoridades civiles», ha asegurado el presidente del consejo regional, Shlomo Neeman.
Prohibido desembarcar
Cabe recordar que el sábado por la noche, Israel prohibió el desembarco de 130 surcoreanos en el aeropuerto internacional Ben Gurión. Solo doce israelíes fueron autorizados a bajar del avión y transportados a sus casas en las ambulancias. El avión fue enviado de regreso a Seúl.
Este mismo domingo el Gobierno surcoreano ha convocado al encargado de negocios de la Embajada de Israel para comunicarle su protesta formal ante la prohibición de entrada en territorio israelí a un grupo de ciudadanos surcoreanos por el peligro de contagio por coronavirus, informa el 'Jerusalem Post'.
El ministro de Exteriores, Israel Katz, se ha limitado a indicar que su cartera «está tomando las medidas necesarias para garantizar la salud del público al tiempo que mantiene las importantes relaciones con los países asiáticos».
El director general del Ministerio de Exteriores israelí, Yuval Rotem, ha respondido por su parte que la salud pública israelí es una prioridad para el Gobierno, aunque ha subrayado que «Israel tratará de minimizar el daño a las relaciones diplomáticas y continuará un diálogo abierto con los diplomáticos».