Los veinticuatro facultativos y facultativas que forman parte del servicio de Medicina Interna de la Organización Sanitaria Integrada (ORI) de Araba han suscrito una carta pública en relación a la polémica abierta después de que el sindicato ELA denunciara este lunes que se tardó cuatro días en hacer las pruebas del coronavirus a la trabajadora del hospital de Txagorritxu que dio el primer positivo en Euskal Herria. Este extremo ha sido desmentido por Lakua esta mañana.
En la misiva se defiende que «los profesionales sanitarios y todos las y los profesionales que trabajan en un hospital o en cualquier centro sanitario son personas con una elevada cualificación y que realizan su trabajo con rigor y siempre pensando en el beneficio de las y los pacientes y la institución».
En ese sentido, los firmantes apuntan que «de forma habitual y desde hace muchos años se realiza la prevención de la transmisión de enfermedades infecciosas dentro del centro», y concretamente en el servicio de Medicina Interna se cumplen «estrictamente los protocolos dictados por Osakidetza».
Recuerdan que «a pesar de extremar las medidas habituales de protección, en muchos casos se dan casos de transmisión de la infección dentro de los centros sanitarios», y cita como ejemplo lo sucedido en China, donde se han infectado 1.716 profesionales sanitarios y se han registrado 5 muertes.
«No se incluye en las recomendaciones»
Los médicos y las médicas explican que, cuando se disparó la alerta sanitaria iniciada en China, organismos como el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades y el Ministerio español de Sanidad establecieron una serie de recomendaciones que se van actualizando. «En dichas recomendaciones, incluso a día de hoy, no se incluye la realización de pruebas diagnósticas para Covid-19 a personas que no hayan viajado a una zona con transmisión comunitaria –el Estado español no ha sido ubicado por ahora en esa categoría– o tuvieran neumonía», subrayan.
Ese es el marco en el que ubican el caso de esta ‘paciente 0’. «Nuestra compañera sufrió un cuadro febril con clínica respiratoria, y en todo momento se pensó que era de origen vírico producido por los virus circulantes en la época invernal. Solo tras la prolongación del cuadro, la negatividad de las pruebas de gripe y una radiografía que descartaba neumonía, se le realizó la prueba, a instancias del propio servicio, a pesar de no estar indicada por las recomendaciones internacionales».
Entienden por ello que «las informaciones inculpatorias tanto al servicio como a la profesional son infundadas y basadas en una mala interpretación de los datos. En ningún caso las instancias que nos acusan, sindicato y medios, se han puesto en contacto con las y los afectados con la intención de comprobar dichas acusaciones», denuncian en su carta.