Dabid Lazkanoiturburu

Sanders se fía al malestar de Michigan, Estado desindustrializado que dio en 2016 la victoria a Trump

Con el viento a favor de su resurrección en el Supermartes, y aupado por las encuestas, Joe Biden afronta como favorito las primarias que se celebran este martes en media docena de estados. Por su parte, Bernie Sanders confía en un vuelco, sobre todo en Michigan, donde le ganó a Hillary Clinton en 2016 y donde Trump cimentó su victoria en las presidenciales  al lograr el voto de miles de trabajadores afectados por la desindustrialización de la región.

Dabid Lazkanoiturburu (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)
Dabid Lazkanoiturburu (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)

Tras romper con su triunfo en Carolina del Sur con un arranque desastroso en las primarias demócratas y vencer por sorpresa y con rotundidad en el Supermartes –a excepción de California–, el exvicepresidente Joe Biden aventaja en las encuestas por 16 puntos de media (RealClearPolitics) al senador socialista Bernie Sanders en los seis estados que celebran hoy elecciones internas.

Biden sigue sumando apoyos, el último el del senador Cory Booker. Con este ya son son seis los aspirantes que han pedido el voto para el veterano político moderado.

Además, la ex candidata presidencial y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien precisamente se impuso a Sanders en las primarias de 2016, ha mostrado sus dudas acerca de las opciones del senador por Vermont de cara a las presidenciales de noviembre. «No creo que sea nuestro nominado más fuerte contra Donald Trump», ha señalado Clinton a la CNN.

Sanders, que ha recibido el único aunque importante apoyo del reverendo y activista por los derechos civiles de los negros Jesse Jackson, cargó el pasado fin de semana contra el aparato del Partido Demócrata al que acusó de haber forzado a varios de los antiguos aspirantes a retirarse para favorecer a Biden.

«El aparato puso una gran cantidad de presión sobre Pete Buttigieg, sobre Amy Klobuchar, que habían llevado a cabo campañas muy agresivas. Los conozco a ambos. Trabajaron realmente duro. Pero de repente, justo antes del Supermartes, anunciaron su retirada», recordó el también veterano político socialista en la cadena ABC.

Mientras la única exaspirante progresista, Elizabeth Warren, guarda un calculado silencio, Sanders espera recabar al menos parte de sus apoyos y lograr la victoria en el Estado de Washington –donde las encuestas dan un empate con una gran proporción de indecisos– y en alguno de los otros territorios en liza (Dakota del Norte, Idaho, Missisippi, Missouri…). Ello le permitiría mantenerse en liza y con posibilidades hasta las primarias del 17 de marzo (Arizona, Florida, Illinois, Ohio...).

En Missouri y en Michigan la ventaja que se otorga a Biden es de 20 puntos, pero el senador socialista espera dar la sorpresa en ambos, sobre todo en el Estado industrial de los Grandes Lagos.

No sería la primera. Duramente castigado por la crisis del automóvil, Michigan dio la victoria en las primarias de 2016 a Sanders frente a la propia Clinton. Pero la sorpresa mayúscula fue la victoria de Donald Trump sobre la candidata demócrata en las presidenciales en este y en otros dos Estados (Pensilvania y Wisconsin), lo que le dio al magnate y actual presidente los votos electorales necesarios para ganar a Clinton, pese a que esta sacó más de 3 millones de votos de diferencia.

Bastó que a Trump le votaran 10.000 electores en Michigan, 46.000 en Pensilvania y 22.000 en Wisconsin para que Clinton no fuera ahora la inquilina de la Casa Blanca.

Sanders confía, y asegura, que él es el mejor candidato para esos trabajadores de la industria castigados por las deslocalizaciones y la globalización y que llevaban votando demócrata desde 1992.

La cuestión es que no fue entonces la primera vez que hubo semejante vuelco electoral en los estados industrializados del llamado Rush Belt (Óxido de Hierro). En la década de los ochenta, familias tradicionalmente demócratas votaron a Ronald Reagan. Fueron los popularizados como demócratas reaganianos, que en 2016 fueron rebautizados como demócratas trumpianos. ¿Quién mejor para recuperarlos?, ¿Sanders? ¿Biden? ¿Ninguno de los dos?