La guía ‘Manejo domiciliario de casos en investigación, probables o confirmados de Covid-19’, publicada por el Ministerio de Sanidad español ante un eventual colapso de los servicios hospitalarios, explica cómo actuar en caso de tener que pasar la enfermedad en casa porque la gravedad no sea excesiva.
Comienza por apuntar que la atención domiciliaria puede ser una «buena opción» para los casos con síntomas leves, sin ninguna comorbilidad importante y con una situación clínica estable. También si los hospitales se colapsan o si el paciente rechaza ser ingresado.
Ahora bien, esta opción es viable siempre y cuando el entorno domiciliario sea adecuado para la atención sanitaria del caso y se cumplan unos requisitos mínimos, los cuales pasan contar con una habitación con buena ventilación a la calle y que pueda ser dedicada exclusivamente para el aislamiento del caso, con posibilidad de tener un baño propio o, en su defecto, limpiarlo con lejía doméstica tras cada uso.
Además, el paciente deberá contar con un teléfono para garantizar la comunicación permanente con el personal sanitario hasta la resolución de los síntomas y, aunque cada caso se deberá valorar de forma individual, «como norma general» no debería haber en casa personas mayores, con diversidad funcional, enfermedades crónicas, inmunodeprimidas o embarazadas.
Registro de entradas y salidas
Del mismo modo, Sanidad recomienda que en el interior de la habitación se coloque un cubo de basura, con tapa de apertura de pedal y, en su interior, una bolsa de plástico con cierre hermético para los residuos. También aconseja disponer de utensilios de aseos de uso individual y de productos de higiene de manos como jabón o solución hidroalcohólica.
Las toallas deberán ser de uso exclusivo y deberán cambiarse periódicamente y la persona no podrá recibir visitas durante el periodo de aislamiento, si bien se aconseja disponer de un registro de entrada y salida diario de aquellas que puedan acceder a la habitación.
Precisamente sobre las personas que entren en la estancia donde se encuentra aislado el paciente, el protocolo destaca que deberán llevar equipos de protección individual para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto, el cual debe incluir una bata, mascarillas, guantes y protección ocular.
De forma general, no deben realizarse procedimientos que generen aerosoles en la asistencia domiciliaria y, si se han de realizar procedimientos de urgencias, Sanidad establece la necesidad de avisar a los servicios de emergencias, quienes, tras la asistencia al paciente, deberán quitarse en el interior de la habitación todo el equipo de protección individual, excepto las gafas y la mascarillas, las cuales se introducirán en una bolsa hermética y se llevarán de vuelta al centro de salud del que dependa el equipo y se eliminarán como residuo biosanitario de clase III o se reprocesarán.
Las muestras respiratorias que se aconseja tomar en el domicilio son el frotis orofaríngeo y/o un frotis nasofaríngeo, para las cuales se debe emplear el equipo de protección individual para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto que incluya bata de protección, mascarilla FFP2, guantes y protección ocular.
Asimismo, se preparará la muestra para su envío al laboratorio en la misma habitación donde se encuentre el paciente y, según ha recomendado Sanidad, se limpiará la parte externa del tubo que contiene la muestra con un desinfectante de superficies o una toallita impregnada en desinfectante.
En el caso de los cuidadores, el departamento que dirige Salvador Illa ha subrayado la importancia de que no tengan factores de riesgo y utilicen mascarillas, guantes desechables y se lave las manos de forma frecuente. Finalmente, recomienda lavar la ropa a 60 o 90 grados centígrados y limpiar bien las superficies que se tocan con frecuencia.