Víctor Duaso (EFE)
Entrevista
Ibon Navarro
Entrenador del MoraBanc Andorra

«Si se reanuda me sorprendería que se jugara a puerta abierta»

El técnico de Gasteiz del BC MoraBanc Andorra continúa confinado en su piso del Principado de Andorra, a causa de la pandemia del Covid-19, que también ha golpeado al pequeño país pirenaico que lleva confinado totalmente, solo con los servicios mínimos, desde el lunes 16 de marzo.

Ibon Navarro, en el partido contra el Baskonia. (Juanan RUIZ/FOKU)
Ibon Navarro, en el partido contra el Baskonia. (Juanan RUIZ/FOKU)

Ibon Navarro vive un confinamiento, se podría decir, que especial después de los numerosos viajes que realiza durante toda la temporada, que le permite, con el baloncesto está parado, pasar bastante tiempo con su único hijo, Aritz, y viviendo con dos preocupaciones cercanas: su mujer, Almudena, que trabaja en el Principado de farmacéutica y con su hermana, que trabaja en la UCI en el Hospital Txagorritxu de Gasteiz. Mientras, hace funciones de padre más que nunca y además también analiza a sus propios jugadores en partidos anteriores hasta que la ACB reanude la competición con el permiso del coronavirus.

¿Cómo lleva, un tipo tan activo como usted, el confinamiento?

En mi caso estoy viviendo una realidad diferente a la habitual. Mi mujer es farmacéutica y a mí me toca estar todo el tiempo con mi hijo Aritz. Por tanto me toca entretenerlo, hacer cosas con él y hacer de padre. 

Cuando me toca trabajar casi no estoy en casa y no lo puedo disfrutar. Ahora puedo decir que estoy conociendo a mi hijo. Lo que le gusta y lo que no le gusta y lo cabezón que es. Lo digo para sacar la lectura positiva de todo esto. No me aburro porque es un no parar. Ahora valoro mucho más a su madre y a las profesoras o profesores porque es tremendo. Un estrés.

¿Cómo lo vive su mujer, siendo farmacéutica y pasando a ser un factor de riesgo?

Toma todas las medidas posibles y estamos tranquilos. Cuando entra en casa se va directamente a la ducha. Toda la ropa que lleva solo la toca ella. Parece un poco todo una locura y cosas de manías, pero las normas son así. Extremamos las medidas porque el foco de contagio nuestro, es ella.

A nivel deportivo… ¿Cree que la Liga ACB se reanudará?

Hace una semana era muy pesimista, pero reconozco que el hecho de cancelar los Juegos Olímpicos de Tokio ha abierto una pequeña ventana. Si al final se reanuda la competición será solo para eso, para que pueda acabar. Me sorprendería mucho que se jugara a puerta abierta ya que creo que se extenderán al máximo las medidas de precaución. Si todo el mundo quiere que se reanude, se hará así; y si alguien no quiere pues será más complicado. Mi esperanza es que todos queremos que la liga ACB acabe porque el impacto no será solo en lo deportivo, sino también en lo económico.

¿Sus jugadores cómo están viviendo está situación de confinamiento?

Todos están preocupados y es normal. También son conscientes que aquí están bien, pero claro que están preocupados por sus familias. Y nuestros americanos están bastante tranquilos porque sus familias, de momento, están bien.

¿Ningún jugador le ha dicho: ‘Mira, Ibon, me quiero volver a mi país’?

Hicimos una reunión y todos teníamos claro que estábamos bien aquí confinados.

Muchos equipos de la Liga ACB se han apuntado a la realización de ERTES… ¿Cómo lo valora?

Un ERTE es un instrumento legal que ayuda a las empresas a sobrevivir. Estamos en una situación global que todos vamos a perder cosas. Aquí perderá todo el mundo. Y el que intente no perder nada no será del todo realista. Un ERTE no se instaura para que una empresa se beneficie, sino para que una empresa no desaparezca. Está es una medida que muchos se tendrán que acoger y no por gusto sino por necesidad.

En Vitoria, donde está su familia, el coronavirus 'atacó' bastante. ¿Cómo están sus familiares y amigos?

Tuvimos a mi madre que pensamos que lo podía tener, pero la visitó un médico y no tenía el virus sino otra cosa. Lo pensamos porque mi hermana trabaja en la UCI de Txagorritxu de enfermera. Ella está segura que lo ha pasado, pero debe de ser asintomática. Mi familia está bien y mis amigos, salvo dos casos, también. Lo estoy viviendo con preocupación, porque Vitoria es uno de los focos y dónde allí casi surgió todo.

¿Qué le explica su hermana?

No hace falta que me explique nada. Solo me hace falta verle la cara. Tiene heridas en la cara por las gomas de la máscara y las gafas, mala cara, ojeras… Me dice que cuando están allí que no tiene ni tiempo para beber agua. Están desbordados. Creen que ahora están mejor y que se están recuperando poco a poco, pero ahora les vendrán los pacientes de Bizkaia, porque empieza a atacar allí. No pueden con todo el volumen de infectados que tienen.

Nos deshacemos con elogios a los futbolistas o los jugadores profesionales de baloncesto más conocidos, pero ahora ¿no cree que nos estamos dando cuento quién son realmente los héroes?

Es evidente quienes son los héroes. Ojala no haya un cortoplacismo en todo esto y que aprendamos cosas y que no se nos olvide. Por ejemplo la fuga de cerebros a nivel científico por falta de ayudas. Ahora vemos realmente lo que pasa. ¿Ahora mismo cuánto vale Cristiano Ronaldo, Leo Messi o Sergio Rodríguez o Pau Gasol? Nos damos cuenta que ahora necesitamos etimólogos, médicos, científicos. Estos salvan vidas. No meten goles o meten canastas, que esto si que son cosas pasajeras. La mejor definición del deporte es que es algo que nos hace sentir, pero para sentir hay que vivir. Y sin ellos no vivimos y por tanto no sentimos.

Usted es químico y trabajó de ello antes de dedicarse al baloncesto. ¿Con está situación que estamos viviendo no lo echa en falta?

Mi segundo trabajo cuando acabé la carrera era sobre temas de contaminación atmosférica y de aguas. Ahora parecerá ventajista decir que esto que nos está pasando es un mensaje que nos manda la tierra. Al final, puede serlo. Es como si el mundo nos dijera ahora que he conseguido que estéis todos en casa encerrados ya no hay contaminación. Necesitaba respirar y limpiarme. Puede ser está una lectura idealista, pero puede ser cierta.

Yo creo que leemos demasiadas cosas y al final nos vamos a las teorías más complicadas. Lo cierto es que hemos cometido un error y hay cosas del virus que sorprenden sobre todo el impacto en ciudades chinas, pero solo hemos tenido conocimiento de los impactos cercanos de Italia o España. Nada pasa por casualidad. Nos estamos pasando desde hace tiempo. Puede ser el karma, pero los países más castigados por el coronavirus son los que castigaban más al medio ambiente.

En vez de pensar en jugadas en la pizarra… ¿No le gustaría encontrar la vacuna para acabar con esto?

Ahora mismo no sería capaz de destilar agua [sonríe]. Tengo una etapa en Alemania dónde trabajé de químico puro, pero luego me pasé a medio ambiente. Ahora mismo me sería complicado trabajar en cualquier tipo de proceso. Es por eso que es más importante un científico y un etimólogo que un jugador o un entrenador de baloncesto…

¿Se pensaba que esto podía llegar en pleno año 2020?

Esto era imprevisible e impredecible. Pensábamos que no nos iba a llegar y eso que lo veíamos en diciembre en la China, pero tenemos ese sentimiento europeo de que vivimos en otro mundo y que somos intocables. Esto ha sido un golpe de realidad. Pensamos que controlamos la naturaleza y es la naturaleza que nos controla a nosotros.