Txisko FERNÁNDEZ
Donostia

De PIB en PIB, la recesión económica coge peso en los balances estatales

Que la economía mundial se contraerá en este 2020 se da por descontado. Los datos provisionales sobre el primer trimestre que están publicando, entre otras potencias económicas, Alemania y Estados Unidos ya apuntan a la «peor recesión», en términos macroeconómicos, registrada desde la Segunda Guerra Mundial. No obstante, Berlín también espera un repunte en el segundo semestre del año e incluso prevé un fuerte crecimiento para 2021.

Una mujer espera en la cola para acceder a una tienda de ropa en Berlín que anuncia ahora llega «la mayor venta». (John MACDOUGALL | AFP)
Una mujer espera en la cola para acceder a una tienda de ropa en Berlín que anuncia ahora llega «la mayor venta». (John MACDOUGALL | AFP)

Los índices macroeconómicos publicados en las últimas horas vienen a constatar el enorme impacto negativo que está teniendo el Covid-19 en prácticamente todos los sectores. Las principales excepciones se encuentran en los circuitos de la alimentación y de la industria famacéutica.

Con más de un tercio de la población mundial bajo confinamiento, con la ruptura de las cadenas de producción globales y con la consiguiente reducción del transporte de mercancías –aunque las fronteras han permanecido abiertas para ellas–, las caídas del producto interior bruto (PIB) que han anunciado Berlín, Washington, París o Madrid era lo esperado, no solo por las analistas, sino también por la ciudadanía en general.

Por eso, quizás sea más relevante comenzar destacando las previsiones a corto y medio plazo. Como la que hizo el miércoles el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, durante la presentación del nuevo cuadro macreconómico elaborado por el Gobierno de este país: «La mayor caída de la economía se registrará en el segundo trimestre del año». Es decir, en su opinión, lo peor está por llegar.

Alemania, después de 10 años de crecimiento

«Los efectos de la pandemia de coronavirus llevarán a la recesión a nuestra economía después de diez años de crecimiento», añadió Altmaier, aunque también ofreció algunas dosis de optimismo al señalar que en la segunda mitad del año ya habrá cierto repunte.

Las previsiones del Gobierno de Angela Merkel anticipan una contracción del PIB del 6,3% en 2020, mientras que en 2021 habrá una recuperación de la actividad para crecer un 5,2%.

Por tanto, esta será la mayor contracción de la locomotora económica europea desde finales de la II Guerra Mundial, superior a la vivida a raíz de la crisis financiera de 2018.

«Para paliar al máximo las consecuencias económicas de la pandemia, hemos establecido un escudo protector sin precedentes de más de 1 billón de euros con el objetivo de preservar la esencia de nuestra economía», indicó Altmaier, subrayando que, pese a ello, «habrá que aceptar significativos ajustes en la evolución económica del ejercicio».

«Debemos desarrollar nuestra estrategia protectora con inteligencia –advirtió–. No debemos apresurarnos y asumir el riesgo de un rebrote de las infecciones [del Covid-19] porque solo si retomamos la vida económica y social con un sentido de proporcionalidad podremos comenzar una lenta recuperación en la segunda mitad del año».

En cuanto a la economía mundial, Berlín prevé que este año registrará una caída del 2,8% y que rebotará con fuerza en 2021, cuando el PIB global crecerá un 5,7%.

Un impacto mayor que el Mayo del 68 francés

Lógicamente, los datos aportados este jueves por París y Madrid van en la misma dirección.

En el primer trimestre, el PIB francés sufrió una caída del 5,8 %, la mayor desde que se creó la serie histórica en 1949, fundamentalmente a causa del parón de la actividad provocado por las medidas de confinamiento aplicadas desde mediados de marzo.

Según las estimaciones publicadas por el INSEE, que deberán consolidarse más adelante, este desplome es muy superior al 1,6% del primer trimestre de 2009, en plena la crisis financiera, e incluso está por encima del 5,3% del segundo trimestre de 1968, cuando se produjo la famosa revuelta estudiantil y obrera.

El balance de estos primeros tres meses está marcado por el retroceso de la demanda interna (6,6%), el bajón del consumo privado (-6,1%) y el de la inversión (-11,8%). En apartado del consumo, se resintió en particular el de bienes fabricados (-16,3%), mientras que el contrapunto lo puso el gasto alimentario (+2,4 %).

En cuanto a la producción, la bajada general ha sido del 5,5%, con una evolución particularmente acusada en la construcción (-12,6%), y muy significativa en la industria manufacturera (-5,8%) y en  servicios (-5,7%).

Reflejo del parón en el intercambio comercial global, las exportaciones francesas se redujeron un 6,5% y las importaciones, un 5,9%.

Y sobre lo que está por llegar, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, se ha pronunciado con gravedad esta mañana ante diputadas y diputados, señalando repetidamente que esta crisis tendrá un impacto comparable a la Gran Depresión de 1929.

«Hay que tener claro que una vez que el impacto sea absorbido» existe el riesgo de la «multiplicación de quiebras», de un impacto «severo» sobre el empleo, y de la pérdida de mercados para las exportaciones, ha señalado en su intervención ante la Asamblea Nacional.

En el Estado español se hunde el consumo

Los datos difundidos por el INE par el Estado español son similares, con un desplome «histórico» del PIB en el primer trimestre del 5,2%, el mayor registrado en la serie iniciada en 1970 y muy superior al que hasta ahora marcaba el récord negativo: el -2,6% del primer trimestre de 2009.

Madrid también se prepara para entrar en recesión técnica (dos meses consecutivos en negativo), ya que se da por hecho que la contracción del PIB en el segundo trimestre será todavía mayor, debido a que el periodo abril-junio se verá más afectado por la paralización de numerosas actividades económicas como consecuencia de la declaración del estado de alarma.

Como ocurría en la mayoría de las economías de la UE,  los tres trimestres precedentes (segundo, tercero y cuarto trimestre de 2029) tampoco habían sido boyantes, ya que iba creciendo a tasas del 0,4%.

Los últimos datos trimestrales muestran un hundimiento del consumo de los hogares del 7,5%, sin precedentes en la serie histórica. Por el contrario, el gasto público pisó el acelerador entre enero y marzo y creció un 1,8%, su mayor alza en doce años.

La inversión registró en el primer trimestre su mayor caída en once años (desde el segundo trimestre de 2009), al retroceder un 5,8%. Y las exportaciones e importaciones se desplomaron en ambos casos un 8,4%.

Estados Unidos no escapa a la caída

Al otro lado del Atlántico tampoco pintan bien los cálculos macroeconómicos. Por primera vez en los últimos diez años, el crecimiento de Estados Unidos ha sido negativo, con un retroceso de su PIB del 4,8% en el primer trimestre del año, según la estimación preliminar del Departamento de Comercio.

Otro dato negativo que se suma al insólito hecho de que más de 26 millones de personas se han inscrito como demandantes de empleo en las últimas cinco semanas.

La caída del PIB de la mayor economía mundial es la más importante desde el último trimestre de 2008, cuando el país se hundía en la crisis financiera.

En este contexto, la Reserva Federal (Fed) se ha comprometido a mantener los tipos de interés entre el 0,25% y el 0% hasta que logre la reactivación económica.