Las personas encarceladas en las prisiones del Estado español recuperarán desde este jueves los permisos de salidas y las comunicaciones en locutorio. Lo harán de forma «paulatina y gradual». Así lo recoge una orden firmada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y publicada este miércoles por el BOE.
Por la tarde ha llegado el previsible matiz que deja las visitas sin efecto para los presos vascos, con la excusa de las restricciones a la movilidad entre territorios por el coronavirus. «Se autorizan las comunicaciones por locutorio con familiares, amigos, abogados, profesionales externos para actividades autorizadas, letrados de los servicios de orientación jurídica y ministros de culto, siempre que el comunicante provenga de la provincia o el territorio sanitario en la que se encuentre el centro penitenciario», dice una circular de Instituciones Penitenciarias.
El alejamiento deja sin efecto esta luz verde teórica a las comunicaciones, puesto que en la actualidad solo hay tres presos en cárceles (Asier Ezeiza y Txus Martin) o centros de acogida (Ibon Iparragirre) de Euskal Herria, Araba en concreto. A tenor de la literalidad de esta circular, solo podrían ser visitados por personas residentes en este herrialde.
Sobre los permisos pendientes, «se revisarán a efectos de autorizar aquellos que vayan a disfrutarse en el ámbito geográfico en el que esté permitida la movilidad», se establece. Es decir, si alguna de las personas presas en Logroño que los tiene pendientes quisiera materializarlos, tendría que hacerlo en La Rioja.