«Sánchez negocia el estado de alarma con los proetarras que ayer atacaron la casa de su candidata en País Vasco. Y lo hace a cambio de derogar la reforma laboral que ha creado 3 millones de empleos y que ampara los ERTE para 4 millones de familias. España no merece este presidente», ha escrito en Twitter el líder del PP, Pablo Casado.
Su compañera Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid,suma a este pacto su enfado por el mantenimiento de este teritorio en la fase 0. Así, ha acusado al PSOE de llevar el Estado español a «la ruina» y de «firmar el futuro laboral de todos los españoles con el brazo político de la ETA». Su homólogo andaluz, Juanma Moreno, más comedido en sus formas, ha considerado «es inadmisible» que el Gobierno de Madrid «pacte una derogación que traerá más paro, con poca transparencia, rectificaciones y hacerlo todo con EH Bildu».
Obviamente, Vox siempre intenta situar su listón unos centímetros más arriba. Santiago Abascal ha asegurado que el Gobierno ha suscrito un acuerdo «bajo la mesa con ETA». «Es un serio problema para cualquier país en circunstancias normales y un gravísimo problema para España en estas circunstancias trágicas desde el punto de vista de la salud y económico».
En protesta por este «acuerdo secreto con proetarras», los diputados de Vox han abandonado las mesas de trabajo de la comisión de reconstrucción del Congreso, porque su dignidad está «por encima de la deshonra».
No podía faltar una ‘vaca sagrada’ de la derecha española como el expresidente José María Aznar, ahora líder de la Fundación Faes. «Estamos en manos de un absoluto irresponsable, acompañado por chavistas, por comunistas y por separatistas y los resultados los tenemos todos los días encima de la mesa», ha declarado, añadiendo que con este acuerdo con «herederos de ETA» se ha producido «el traspaso de las líneas rojas de la sensatez y el simple sentido común».
Desde Euskal Herria, el presidente de UPN, Javier Esparza, ha considerado que este acuerdo evidencia que Pedro Sánchez está «en manos de la izquierda más radical». El representante navarro ha recordado que anteriormente «el PSOE ha pactado con EH Bildu para hacer presidentes» a Pedro Sánchez y a María Chivite.
«Lo grave no son las medidas el acuerdo, sino la firma del acuerdo. Lo grave es que se le dé esa legitimidad democrática, que el PSOE se empecine en blanquear una y otra vez a EH Bildu. Lo grave es hacerle protagonista, ocultar el acuerdo y no tener escrúpulos para llegar a un acuerdo como este, en un momento como este», ha confesado.
En una posición más incómoda queda Ciudadanos, apoyo del Ejecutivo para aprobar las dos últimas declaraciones de alarma y que busca su espacio en el centro de la corriente. Su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, ha indicado que «el acuerdo del PSOE con Bildu lo enmarco dentro de su pacto de legislatura para el sostenimiento del Gobierno Frankenstein».
Ha afirmado que Ciudadanos siempre ha apostado por «una reforma integral que adapte la legislación laboral a las condiciones del siglo XXI», pero ha considerado que derogar la norma vigente «es un disparate absoluto en esta situación de crisis».