Todos los aspirantes al Parlamento de Gasteiz abren campaña con actos esta tarde y noche, sin esperar siquiera a las 0.00 del viernes que se marca como inicio oficial de la carrera hacia las urnas. Serán los comicios más imprevisibles por inusitados; nunca se han celebrado en pandemia ni tampoco en verano. Estas son algunas circunstancias peculiares en las que reparar:

LOS PROGRAMAS DE ABRIL, A LA PAPELERA

Llegado el día de inicio de la campaña, hay todavía un par de formaciones con presencia parlamentaria que no tienen el programa colgado en su web. El PNV lo ha presentado apenas 24 horas antes, frente a EH Bildu y Elkarrekin Podemos, que fueron los más madrugadores. Es una señal del caos provocado por el covid-19, que ha obligado a tirar a la papelera todos los planteamientos hechos para el 5 de abril y, pasada la cuarentena que también encerró en casa a candidatos y órganos de partido, elaborar otros nuevos.

Si la campaña de marzo-abril iba a ser la de Zaldibar, esta de junio-julio será sobre todo la de la pandemia. Se han volteado prioridades, irrumpido nuevos debates, debilitado otros, cambiado las previsiones económicas, brotado urgencias... Desde medianoche se verá quién llega a esta cita con el nuevo chip mejor puesto.

CANUTAZOS Y STREAMING, MÁS TODAVÍA

Estas son las elecciones en que las dos fuerzas principales del país más intensidad suelen poner. Tanto PNV como EH Bildu tenían previstos actos potentes, que evidentemente se han quedado sin viabilidad. El independentismo de izquierdas no irá al BEC, como ya había anunciado, y los jelkides no podrán mantener su inclinación a mítines de formato menor pero muy llamativos para las cámaras, con un grupo amplio de oradores y tras ellos decenas de personas apiñadas agitando ikurriñas.

Con la desescalada los candidatos vuelven a estar en la calle al menos, pero con distintas físicas, en «petit comité». Alejados también de los periodistas. Esto se compensa derivando los mensajes hacia los medios, como vía indirecta de llegada al gran público: retransmisiones por streaming; grupos de whatsapp para difundir al instante intervenciones, fotos y vídeos; escenificaciones de mitines que en realidad son meros «canutazos» de declaraciones a la prensa, con los aspirantes gesticulando ante las cámaras ante un público inexistente... Ojo, no es nada nuevo, ya venía ocurriendo en las últimas campañas, pero la pandemia lo ha acelerado.

VOTOS POR CORREO EN VEZ DE PINS Y LLAVEROS

Las facilidades para el voto del correo intentarán compensar el previsible aumento de la abstención (que ya alcanzó casi el 40% en 2016, el 25 de setiembre). Tanto el temor al virus como el verano –y eso que el 12 de julio no habrá Sanfermines– pueden hacer a muchos votantes retraerse de acudir al colegio electoral y echar mano del cartero. Podrán pedir el voto hasta el 2 de julio, incluso por internet en la página de Correos, y luego entregarlo en su propia casa.

El contacto entre votante y cartero será el menor posible, tras un litigio en la Junta Electoral que ha determinado que este no tendrá que entrar en la vivienda en ningún caso. Obviamente, menos contacto aún habrá entre candidatos y censados; esta vez no se llevarán a cabo repartos de folletos, ni de llaveros, ni de rosas, ni de pins... ¿A quién beneficia y perjudica? En realidad hay ya partidos como el PP que en las últimas campañas apenas han pisado la calle al optar por actos en recintos cerrados como hoteles.

CADA VEZ MÁS SONDEOS, ¿REFLEJAR EL VOTO O INDUCIR A ÉL?

A falta de grandes actos y también de debates de gran audiencia (¿para cuándo un debate vasco del realce del que se da a los del Estado español en sus campañas?), ya se percibe que se incrementarán los sondeos. Un día antes de la campaña han aparecido el CIS y el Focus de ETB, antes lo hizo el del Gabinete de Prospecciones Sociológicas de Lakua... y les seguirán otros similares y los de una pléyade de medios.

¿Por qué tanto sondeo? ¿Se trata de anticipar la fotografía del voto o más bien de ir modulándolo? ¿Hay una intención subliminal de recrear que en este 12 de julio no hay batalla a la vista? La respuesta queda para el lector, pero no está de más leer este artículo de Iñaki Iriondo sobre las extrañas por abismales diferencias en la intención de voto directo de las personas encuestadas por el CIS estatal y por el GPS de Lakua.

CASADO Y SÁNCHEZ, DESDE EL INICIO

Cabía pensar que por las peculiaridades sanitarias de esta campaña la presencia de líderes estatales se reduciría... pero para nada. Antes de arrancar, Vox ya ha celebrado tres actos en Gasteiz, Bilbo y Donostia, trayendo a sus dos principales referencias: Santiago Abascal y Javier Ortega Smith. Tampoco habrá que esperar a la tarde para ver en Euskal Herria al líder del PP: Pablo Casado acude a mediodía a Errenteria a un acto de recuerdo a una víctima de ETA (el concejal José Manuel Zamarreño) y por la tarde arropará a Carlos Iturgaiz en Gasteiz.

El PSE se trae ya el domingo a Pedro Sánchez, al Palacio Miramar, y hoy mismo estará en el Arenal de Bilbo la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Felipe González ha solido dejarse caer en algún evento, pero apuesten que esta vez no será así, tras irrumpir en vísperas de campaña el tema GAL.

A Pablo Iglesias también se le espera desde Elkarrekin Podemos, aunque su presencia en las campañas vascas suele resultar bastante más puntual y las responsabilidades de la Vicepresidencia Segunda dejarán escaso hueco.

TRES CANDIDATAS, DOS «OUTSIDERS»

Como ya ocurrió en 2016, de los cinco principales aspirantes a Lehendakaritza tres son mujeres: en esta ocasión, Maddalen Iriarte por EH Bildu, Idoia Mendia por el PSE y Miren Gorrotxategi por Elkarrekin Podemos, frente a dos hombres y representantes además de unos valores marcadamente conservadores, Iñigo Urkullu (PNV) y Carlos Iturgaiz (PP-Cs). Con todo, nunca una mujer ha llegado a lehendakari de la CAV, contrariamente a la vecina Nafarroa en que se encadenan ya tres mujeres consecutivas y de distintas formaciones (Yolanda Barcina por UPN, Uxue Barkos por Geroa Bai y María Chivite por el PSN).

También hay un 3-2 en lo que respecta al modo en que han llegado a liderar las listas. Ni Gorrotxategi era la candidata de la dirección de Podemos ni Iturgaiz aparecía en el horizonte del PP vasco. Pero la primera derrotó a Rosa Martínez en las primarias y el segundo irrumpió como un paracaidista llegado del pasado y propulsado desde Génova tras liquidar a Alfonso Alonso. Aparecen por tanto con un cierto toque a «outsider» aunque sus formaciones han cerrado filas rápidamente.