La derrota ante el Real Madrid deja al Athletic sin margen de error en sus aspiraciones europeas. El silencio del club ante la disparidad de criterios en la actuación arbitral llama también la atención. Los jugadores protestaron sobre el terreno de juego y en las redes sociales después del partido. El capitán Iker Muniain habló alto y claro ante las cámaras diciendo que «ya vemos a favor de qué equipos se decantan» y que «cada uno saque sus propias conclusiones». Dani García y Williams también recordaron el pisotón de Sergio Ramos a Raúl García que no fue sancionado con un penalti al contrario que sucedió en el otro área.
Muniain y De Marcos reclamaban también respeto a los merengues en el tramo final del partido después del caño de Modric a Sancet. Por su parte, el entrenador Gaizka Garitano prefirió no hablar de los árbitros, aunque comentaba en sala de prensa que el funcionamiento del VAR se debe mejorar.
Por contra no se sabe nada sobre lo que piensa el presidente Aitor Elizegi. En la nueva política de comunicación del club se muestran gestos y fotografías de actos, mientras se evita entrar en temas puntillosos. Elizegi lleva ya año y medio en Ibaigane y en los primeros meses se esforzó en cuidar las relaciones institucionales. Fruto de ello parece que es la presencia ayer de Florentino Pérez en el palco de San Mamés. Llevaba nueve años sin venir.
Al presidente rojiblanco se le ocurrió regalarle un cuadro con la foto de un gol de Cristiano Ronaldo a Iraizoz en su última visita al anterior estadio. Nadie se atrevió a señalar que no era una buena idea. Pueden repasar los comentarios en redes sociales de los aficionados rojiblancos para comprobar que no ha gustado. Y resulta extraño que tampoco se acordaran que hace unos años el presidente del Real Madrid se escudó en unas obras en el Bernabéu para no albergar la final de Copa reduciendo la presencia de aficionados del Athletic.
El director deportivo Rafa Alkorta tampoco ha estado acertado en sus declaraciones previas a la visita del Real Madrid a San Mamés. Es comprensible que sienta cierta simpatía por el club blanco al haber sido jugador. Sin embargo, ahora es el responsable deportivo del conjunto rojiblanco por encima de cualquier cosa. Es su representante, no un comentarista deportivo. Y es que prefiere no decir nada cuando dos jugadores con una trayectoria impecable en el club anuncian que van a acabar la temporada, que además son insultados por hacerlo en euskera, y no tarda un segundo para salir a hablar sobre el Real Madrid.
La forma en la que están tratando las despedidas de jugadores rojiblancos puede terminar pasando factura a medio plazo en el vestuario. Y en los jugadores de la cantera. Se equivocaron con Susaeta, capitán con más de 500 partidos y formado en Lezama desde categorías inferiores. Y van camino de superar el error con Beñat y San José.
Los gestores rojiblancos deberían centrarse en cuidar a los de casa en vez de mirar tanto hacia Madrid. Poner la defensa de los intereses del Athletic por encima de llevarse bien con los poderes fácticos.