El Eibar se despide de Ipurua celebrando su segunda victoria consecutiva en un partido casi tan irregular como ha sido la propia temporada. El objetivo, como le sucedía al rival, ya estaba conseguido desde el domingo pero el de la honrilla también se lo apuntan los azulgranas ante un Valladolid al que todavía no habían ganado en Primera y al que superan en la clasificación, alcanzando los 42 puntos.
Los dos equipos han saltado al césped con novedades. Empezando por las porterías. Sergi ya había anunciado la titularidad de Caro y por parte local se intuía la de Yoel –los dos han sido protagonistas del choque por distintos motivos–, que sólo había disputado los tres partidos de Copa y uno de Liga, ante el Levante, hace ya cinco meses. No ha tenido muchas más oportunidades Quique González, que en su primera temporada como azulgrana sólo había partido otras tres veces en el once, curiosamente una de ellas en Valladolid, y que ha sido el jugador de campo que menos minutos ha tenido desde el reinicio de la competición, pese a que José Luis Mendilibar ha explorado la amplitud de la plantilla como no lo había hecho nunca. De inicio o tras el descanso, también han saltado al campo todos los futbolistas, a excepción del lesionado Ramis, cuyo futuro se ve ahora mismo lejos de Ipurua. Pedro León y De Blasis, con gol del argentino incluído, desde el pitido inicial, y Charles en los últimos minutos han podido despedirse del que ha sido su estadio las últimas temporadas.
El partido se ha resuelto en buena medida en el primer tiempo, con la pegada como factor decisivo. Los visitantes han entrado mejor al partido pero les ha faltado la puntería de la que ha hecho gala el Eibar, después de haberla echado en falta tantas veces. A los veinte minutos ha forzado su primer córner -seis llevaba el Valladolid para entonces– y, con un cabezazo perfecto, Bigas ha anotado el 1-0. Sólo siete después, Inui aprovechaba una mala cesión de San Emeterio y el resbalón de Caro, en una de esas jugadas cómicas para todos menos para sus involuntarios protagonistas, para anotar el 2-0 a puerta vacía.
El choque ha cogido aire de pachanga veraniega, con los locales muy tranquilos y su rival aparentemente rendido. Sólo el larguero ha evitado que llegara el tercero, tras un cabezazo de Pedro León.
Algo habrá dicho Sergio en el vestuario, que a su equipo le ha sentado fenomenal. También los cambios, con la entrada de un tercer delantero y un par de chavales del filial, incluyendo el guardameta Samuel. Ha llegado la reacción del Valladolid, que ha ido a más conforme avanzaban los minutos y que ha acabado convirtiendo a Yoel en el mejor de su equipo, pese al claro penalti que ha cometido sobre Eres Ünal y que ha permitido a Guardiola recortar distancias –en el rechace, porque el gallego ha despejado su primer lanzamiento– a veinte minutos del final.
Han seguido apretando los blanquivioletas ante un Eibar que se veía noqueado. Pero, también con ayuda de los cambios, se ha venido arriba in extremis. Lo justo para firmar una buena acción en el noventa, que ha acabado con el penalti sobre Charles que De Blasis ha convertido en el definitivo 3-1.
Mendilibar: «Una gran alegría»
Sólo la honrilla se ponía en disputa pero Eibar y Valladolid han disputado un partido entretenido, que ha acabado con «una gran alegría» para los guipuzcoanos. «Han sido unos días muy tranquilos –reconocía José Luis Mendilibar– después de ganar en Cornellà. Hoy hemos podido jugar sin nerviosismo, ellos y nosotros, y hemos visto un partido abierto, que los dos equipos hemos ido a ganar». Lo ha conseguido el Eibar, lo que supone «una gran alegría. Hace dos semanas veíamos muy lejos llegar aquí, llegar a los 40 puntos… Pero hemos llegado a los 42 y a ver si el domingo conseguimos otros tres».
En lo que respecta al partido, ha explicado que «ellos han empezado mejor que nosotros, nos han dominado y han estado más tiempo en campo nuestro pero luego hemos ido un poco más arriba y hemos estado más cerca del área contraria. Los dos jugamos diferente y como ninguno de los dos hemos estado por encima del otro, por eso ha habido más altibajos en el partido».
En lo que respecta a su futuro, no parece que el acuerdo para su renovación vaya a encontrar demasiadas dificultades. Ha insistido en que acaba la temporada «muy cansado», también en que está «muy a gusto» en el Eibar y ha acabado reconociendo que, por la anomalía de la temporada, «empezaremos a hablar más tarde» de lo habitual «pero si todo va bien, el año que viene también estaré aquí».