Tubacex ha dado a conocer unos resultados que vienen «marcados por una caída del mercado del 50%». En el segundo trimestre del año, las pérdidas han sido de 6,7 millones, frente a los 3,3 millones de beneficio de los mismos meses de 2019. A ello se suman los 1,6 millones de pérdida del periodo entre enero y marzo, para un total de 8,3 millones en los seis primeros meses.

El consejero delegado, Jesús Esmorís, ha indicado en una nota que «la caída del consumo energético provocada por la recesión mundial y la alta incertidumbre sobre la evolución futura del virus están motivando la reducción de las inversiones de nuestros clientes finales, así como cancelaciones de algunos pedidos y el retraso en la adjudicación y puesta en marcha de los grandes proyectos. Esta situación ha anulado las buenas perspectivas que teníamos para 2020 y nos obliga a gestionar una situación extremadamente complicada», aunque ha puntualizado que «en un entorno tan desfavorable» como el actual el grupo mantiene «unos resultados operativos positivos con márgenes razonables».

No obstante, Esmorís ha recordado que Tubacex «ha anunciado recientemente un plan de reestructuración que afectará aproximadamente al 20% de la plantilla que, unido a otras medidas de ajuste puestas en marcha, permitirá reducir los costes de la compañía en aproximadamente 25 millones de euros para 2021». El pasado día 21 de julio la firma anunció que despedirá a 500 trabajadores de todo el grupo, de los cuales unos 150 pertenecen a sus plantas de Araba.