La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) anunció, la noche del miércoles, que mantiene los aranceles punitivos que impuso a la Unión Europea, que se sitúan en un 15% para los productos de aviación civil y un 25% para los demás, entre los que se incluyen el vino o el aceite, por un valor total de 7.500 millones de dólares.
Ha habido pequeños cambios de la lista inicial, ya que se han sacado productos de Gran Bretaña y Grecia, y se han sumado otros del Estado francés y Alemania. Esas modificaciones entrarán en vigor el próximo 1 de setiembre.
«La UE y los Estados miembros no han tomado las acciones necesarias para cumplir con las decisiones de la OMC», afirmó el representante de Comercio estadounidense, Robert Lighthizer, aludiendo al conflicto en torno a los subsidios que recibió Airbus, el consorcio aeronáutico europeo, en detrimento de Boeing, su competidor estadounidense.
Por su parte, el responsable europeo de Comercio, Phil Hogan, se refirió este jueves a un discurso de hace unos meses que recuerda la posición de Bruselas: la necesidad de evitar una guerra comercial en la que nunca hay ganadores y de restablecer las relaciones transatlánticas.
Lighthizer señaló que ahora comenzará «un nuevo proceso para alcanzar» una solución «duradera».