El pasado 23 de mayo la Real Federación Española de Natación (RFEN), tras la reunión de su comisión delegada, acreditó que no habrá descensos y sí ascensos en las ligas de waterpolo masculina y femenina.
Ello supuso el ascenso del Leioa WLB a la máxima categoría femenina. El conjunto vizcaino lo logró gracias a que ocupaba la segunda plaza de la Primera División (segunda categoría) cuando se tuvo que parar la competición.
Ello no fue cosa de un día para otro, como se explicaba en un reportaje en GARA, sino del fruto del trabajo de muchos años.
Ahora, el conjunto que volverá a estar dirigido por Jon López y contará con la ayuda en el cuerpo técnico de Josu Barrenetxea y Gorka Sánchez, ha comenzado los entrenamientos de pretemporada para preparar su estreno en la máxima categoría, en principio el 17 de octubre. Pero lo ha hecho «con mucha preocupación ante un panorama incierto» sobre una competición «de la que aún no hay sorteo ni calendario».
Y es que, como señala el club en un comuniucado, «el avance de la pandemia y la dificultad para encontrar protocolos de actuación está dificultando el comienzo de curso».
La plantilla cuenta respecto a la pasada campaña con las bajas de Leire Sarasola y la internacional francesa Aurore Sacré y la incorporación de las canteranas Garazi Capel, Maider Ramos y Goizalde Urkiola, dentro de un bloque «formado en exclusiva por jugadoras que han pasado por sus categorías inferiores».
En estas primeras jornadas el Leioa WLB está centrando sus sesiones «en el trabajo individual de acondicionamiento físico» a la espera de que, «según se vayan teniendo noticias que confirmen o no el arranque de la Liga PREMAAT, ir intensificando los entrenamientos».