Una foto histórica se lleva este lunes la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol, kilómetro cero del Estado español. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha acercado este mediodía y ha tenido una reunión de casi dos horas con la presidenta autonómica, Isabel Díaz-Ayuso, tras la cual han anunciado un acuerdo de cooperación para controlar la pandemia en la región, que registra los peores indicadores no sólo de España sino de Europa.
La crispación que ha percibido Sánchez al entrar al palacio de Gobierno (abucheos y pitidos de un centenar de personas concentradas en frente portando carteles críticos y muchas banderas españolas) ha ido a contramano de la nueva amabilidad de Ayuso, quien ha abandonado el tono desafiante con el que buscaba confrontar con el gobierno central.
En rueda de prensa conjunta, el líder del PSOE ha dicho que su actitud no era «la de valorar ni enjuiciar» y ha remarcado dos veces que esta es «una lucha epidemiológica, no ideológica». Además, ha enfatizado que «la voluntad es respetar el ámbito competencial» y que su presencia era «para ayudar, no tutelar».
Tras recordar que Madrid tiene las tasas de ocupación de UCI que «triplican la media nacional», ha sido el encargado de presentar «un Plan Madrid», ya que por «la idiosincrasia de la región, merece un plan especial». Por tanto, ha anunciado «un grupo de trabajo conjunto Covid-19 entre ambas administraciones, con reuniones semanales y seguimiento riguroso de la situación». Asimismo, ha ofrecido ayuda de sanitarios y efectivos de las Fuerzas Armadas.
Por su parte, Ayuso ha querido deslindar a Madrid como foco del caos y ha recordado apenas ha comenzao su comparecencia que «9 de las 10 regiones más contagiadas de Europa son españolas» y ha pedido tener «en cuenta que Madrid es España dentro de España» por su «modo de vida y movilidad», ya que «es la puerta de entrada en España y en Europa». Además, ha señalado que así como «se piensa en el Gobierno francés cuando se ven manifestaciones en París, sucede lo mismo con Madrid».
La presidenta regional ha recordado que desde marzo tiene «una estrategia», pero que el éxito llegará «sólo con un paraguas nacional, sin este paraguas nacional, es difícil». En ese sentido, ha reclamado trabajar en una ley estatal sobre pandemias para que las autonomías tengan más fácil combatirlas y se ofreció a que su equipo la redacte.
«Madrid sabe lo que tiene que hacer, pero le falta recursos», ha afirmado, pasando por alto las bajas de impuestos masivas a la clase media-alta y alta hechas por su gobierno y los que la precedieron del PP.
En un pasaje que ha rozado lo insólito, Ayuso ha dicho: «Necesitamos médicos. No hay oferta educativa y necesitamos tenerla para que podamos cubrir las jubilaciones masivas que vienen. Es un problema que tenemos todas las autonomías». Ha obviado así que el último MIR de enero pasado ofertó 7.100 plazas para residentes para casi 30.000 inscritos, de los cuales más de dos tercios de médicos graduados se quedan fuera o necesitan trabajar en el sistema privado.
Ante las preguntas telemáticas de los periodistas, han evitado ambos las asperezas, aunque han marcado su diferencia: Ayuso ha dejado claro que «esta reunión debería haberse hecho hace tiempo», pero ha matizado que «ahora» están «hablando de manera distinta».
Sin inmutarse, Sánchez ha dicho que el Gobierno del Estado venía haciendo un trabajo «notable» con las comunidades autónomas y que habían «cooperado» siempre desde el fin del Estado de Alarma, a mediados de junio pasado.
«Tenemos que cambiar el clima político», ha reclamado Sánchez, pensando en el PP pero mirando a las cámaras. También ha recogido la crítica de Ayuso con respecto a los presuntos pocos controles a los visitantes que llegan al aeropuerto de Barajas, y ha respondido: «Estoy dispuesto a estudiar más medidas, pero según los especialistas del Ministerio de Sanidad, sólo el 0,2% de los contagios proviene de Barajas. Tenemos que concentrar los esfuerzos en donde hace realmente falta».
La presidenta madrileña ha sido tajante al responder que no contempla «ni estados de alarma ni confinamiento, eso es la muerte para Madrid y para España» y se ha mostrado esperanzada en que en estas próximas dos semanas, con las nuevas medidas que comenzaron este lunes, la situación empiece a estabilizarse.
Esta madrugada ha comenzado el confinamiento parcial de 37 áreas sanitarias en la Comunidad de Madrid, casi todos en el sur más empobrecido de la capital española y de la región, que afecta a 860.000 personas y que endurece las posibilidades de tránsito. En toda la comunidad se prohíben además los encuentros de más de seis personas.