Al menos 3.000 hondureños han cruzado este jueves la frontera de Guatemala como parte de una nueva caravana de migrantes que intenta llegar a EEUU en busca de mejores condiciones de vida, huyen de un país que no les ofrece oportunidades ni empleo, y por el temor a los pandilleros. «No nos importa el peligro de la covid, pero no podemos vivir en nuestro país si no hay trabajo», afirmaba uno de ellos.

La nutrida caravana, con muchas mujeres, algunas con niños en brazos, superó la capacidad de la Policía Nacional de Guatemala apostada en Corinto para evitar que los migrantes entraran a ese país.

El Instituto Guatemalteco de Migración ha detallado que al filo de las 11.45 hora local (17.45 GMT) habían ingresado a Guatemala aproximadamente 3.000 personas, en diferentes momentos de la mañana, a través de la frontera de El Corinto, ubicada 250 kilómetros al este de la capital del país.

La entidad ha señalado que los hondureños entraron «ilegalmente» en el país y ha divulgado varios vídeos donde se ve una amplia aglomeración de personas cruzando la frontera, sin posibilidad de que las autoridades los detengan. «Los (migrantes) que se están acercando a realizar controles migratorios son pocos», ha indicado el Instituto Guatemalteco de Migración.

Sin pruebas de covid

De acuerdo con la misma fuente, a los migrantes no se les está solicitando prueba del covid-19 para ingresar en el territorio, como establece la reapertura del país ordenada por el Gobierno de Guatemala el pasado 18 de septiembre.

Sin embargo, la ministra de Salud, Amelia Flores, ha declarado a una emisora de radio que los migrantes sí deben presentar obligatoriamente una prueba «de PCR o de antígenos» para detectar el covid-19 y así poder entrar al país.

Los migrantes hondureños partieron el miércoles por la noche de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, en una caravana de más de mil personas que incluye hombres, mujeres y niños.

Entre el grupo hubo algunas personas que indicaron que no temen a los controles migratorios, ni a contagiarse con el covid-19, que en casi siete meses de pandemia en Honduras ha causado más de 2.350 muertos y en Guatemala otros 3.240.

Los migrantes viajaron en la noche del miércoles en varios grupos en ruta hacia el punto de Corinto, fronterizo entre Honduras y Guatemala.

La vicecanciller hondureña, Nelly Jerez, afirmó que «las posibilidades de ingresar a los Estados Unidos son casi nulas», por el cierre de fronteras, y que los migrantes además enfrentan el reto de cruzar Guatemala y México, «cuyas autoridades han incrementado las medidas de seguridad».

En lo que va 2020 han salido al menos cuatro caravanas de migrantes hondureñas, en su mayoría poco numerosas, con la idea de llegar a Estados Unidos, aunque muchos de los viajeros quedaron varados en Guatemala y tuvieron que volver a su país.

La falta de empleo, la inseguridad y la violencia criminal son las razones por las que muchos hondureños migran a diario a otros lugares.

Una de las caravanas más multitudinarias fue la primera de este tipo que salió el 13 de octubre de 2018 con más de 4.000 personas.