La derrota ante el Cádiz ha hecho mucho daño al Athletic. Aparte de perder, el escaso bagaje ofensivo del equipo es muy preocupante. Apenas cinco remates a portería ante un equipo que tuvo que defender el resultado con nueve jugadores durante los últimos veinte minutos.
Un centrochut de Raúl García, la falta de Unai Núñez a las manos del portero, el cabezazo de Williams al poste, el lanzamiento lejano de Iñigo Martínez y un tiro de Yuri. Oihan Sancet, Yuri y Raúl García también realizaron otros disparos que se marcharon muy desviados como la volea del navarro en la primera mitad.
Garitano reconocía que al Athletic le cuesta hacer frente a los rivales que se encierran atrás y achacaba la dificultad de abrir esas defensas a la falta de un delantero de «referencia». Un discurso con síntomas de que el técnico empieza a estar desbordado, reclamando refuerzos y diciendo que la Primera División no es fácil para el Athletic. Antes de arrancar la Liga pedía un extremo que aporte goles -el Athletic acaba de anunciar el acuerdo con Berenguer para cuatro temporadas- y anoche un ariete. Si se refería a Fernando Llorente, no parece una buena opción para calmar las aguas. Un entrenador que siempre se ha caracterizado por mantener la sensatez y la serenidad, lleva un par de comparecencias realizando declaraciones contraproducentes.
Y es que se trata de unas carencias que el conjunto rojiblanco lleva sufriendo desde el último año de Valverde. Los goles de Aduriz y Raúl García han servido para sobrevivir en los últimos años. Ziganda no consiguió completar la transición que pedía el equipo y la apuesta por Berizzo acabó con la destitución del argentino.
Garitano reforzó el trabajo defensivo y salvó al equipo con holgura, aunque desperdició la oportunidad de entrar en Europa cuando necesitaba un empate ante el Sevilla en la última jornada. La campaña siguiente el equipo arrancaba con victorias ante Barcelona y Real en San Mamés y se ubicó en la parte de arriba de la clasificación.
Sin embargo, los problemas seguían estando ahí y no tardaron en aparecer. El equipo lograba sacar resultados con sus limitaciones, pero el juego no enganchaba, las dificultades para generar ocasiones eran evidentes y costaba mucho hacer goles.
Por recordar, al inicio de otoño de la temporada pasada el Athletic perdió la imbatibilidad en San Mamés tras casi un año sin perder. Fue ante el Valencia a finales de setiembre de 2019. Ahora ha batido un récord negativo al encadenar cuatro derrotas consecutivas en casa por primera vez en la historia.
Cuentas sin resolver de la temporada anterior
Desde el club se agarraban a los resultados tras meterse en la final de Copa, a pesar de la racha de diez partidos sin ganar en Liga al coincidir con las eliminatorias.
Al reiniciar la competición tras el parón, el Athletic lograba meterse en la pelea por Europa hasta que se derrumbó en las últimas jornadas. Se renovó al técnico sin hacer ninguna valoración crítica de lo ocurrido, se marcharon de vacaciones y estalló la polémica por las fotografías de jugadores en Ibiza y los contagios de coronavirus en la plantilla.
Probablemente, estos factores no deberían influir en el rendimiento, pero es evidente que en parte de la afición existe un hastío y un ambiente pesimista sobre la situación y actitud de la plantilla. El tropiezo en el estreno ante el Granada destapó una crisis mediática que los propios jugadores alimentaron con peticiones desafortunadas como las de Unai Núñez.
La victoria ante el Eibar calmaba los ánimos, aunque el sonrojante partido completado ante el Cádiz ha encendido de nuevo las alarmas. Faltan ideas desde el banquillo para mejorar en el apartado ofensivo y sacar provecho de las cualidades de jugadores franquicia como Williams y Muniain. Ambos necesitan dar un paso al frente ya que la responsabilidad principal recae sobre ellos y en los planteamientos del entrenador.
Los jóvenes tendrán que aportar también su granito de arena. Para eso hace falta paciencia y darles confianza. Iñigo Vicente demostró en diez minutos que tiene capacidades técnicas para hacerlo, aunque acabó diluyéndose ante esa falta de juego para abrir defensas que se cierran. Junto al orden defensivo, es necesario mover la pelota con velocidad y ritmo. No hay otro camino. Si en otros deportes se contrata a técnicos especializados en el juego de ataque, ¿por qué no se puede hacer en el fútbol? Garitano ha demostrado su capacidad para el trabajo defensivo, pero faltan recursos en las jugadas de estrategia y en el ataque posicional.
Desde el club no se atisba ninguna figura que aporte liderazgo. El presidente Aitor Elizegi y el director deportivo Rafa Alkorta han generado más dudas que certezas en sus comparecencias. A pocos días para el cierre del mercado, el club acaba de comunicar del acuerdo alcanzado para el fichaje de Álex Berenguer para las próximas cuatro temporadas. Falta conocer el montante de la operación. En su momento se ha hablado de cifras que oscilan entre los 10 y 12 millones, dependiendo de distintas variables.
El tiempo dirá si aporta en la búsqueda de las soluciones que debe encontrar Garitano a los problemas de este Athletic. En Ipurua acertó con los cambios y la apuesta por Unai López. El domingo dispone de otra oportunidad para resarcirse de la derrota en Mendizorrotza.