La familiar ha calificado de «inaudito» que en tres meses no le dieran una sola cita presencial ni le realizaran una analítica, pese a que lo que empezó como un dolor en una pierna se fue agravando y la mujer perdió siete kilos de peso y se quedó en 45 kilos.
«Estaba desesperada porque desde que empezó el dolor en abril estaba cada vez peor y solo había que ver que estaba cada vez más delgada y tenía la piel amarilla, pero no la llegaron a ver», ha explicado la hermana de la fallecida.
Tampoco le fue mucho mejor en los hospitales de Burgos y y en el vizcaino de Cruces, a los que acudió en un intento de recibir la atención que le negaban en el centro de salud.
Y un mes antes de su fallecimiento, la mujer tuvo finalmente su diagnóstico, y aunque le habían tratado de un proceso reumático, en realidad sufría un cáncer de colon con metástasis que había afectado a los huesos, de ahí el dolor de la pierna.
«Tenía un cáncer avanzado, de mal pronóstico, pero la sanidad pública la dejó al borde del abismo, sin ninguna posibilidad», ha lamentado su hermana.
Quieren justicia
Sainz-Maza ha sostenido que quieren justicia y que la Junta de Castilla y León también depure responsabilidades, como le han prometido los consejeros de Sanidad, Verónica Casado, y Presidencia, Ángel Ibáñez, que han contactado con ella para pedir disculpas y anunciar que se abre una investigación.
A su juicio, bajo el paraguas de la covid-19 se pretende amparar una sanidad pública que «no es la que merecemos» y ha pedido que los discursos no se queden en eso y se vuelva a la atención presencial en los consultorios.
La denuncia de la familia de la víctima se sumaría a la que ya ha presentado el Defensor del Paciente y que ha provocado la apertura de diligencias y una investigación que llevará a cabo la Fiscalía de Burgos.