Josep María Bartomeu desveló ayer al comunicar su dimisión que el Barcelona se ha sumado al proyecto de una Superliga europea. Se trata de un proyecto promovido por los grandes clubes europeos. Una nueva competición que contaría con entre 16 y 18 equipos y se celebraría en formato de liga regular al estilo de la NBA o Euroliga de baloncesto con una fase final de eliminatorias en una sede fija. Según ha trascendido la fecha de inicio que se baraja es 2022, pero quedan muchas dudas por resolver.
La semana pasada el medio Sky Sports informaba de que seis equipos ingleses -Liverpool, Manchester United, Manchester City, Arsenal, Chelsea y Tottenham- estarían impulsando la European Premier League o Superliga europea. Los dueños de Liverpool y United proceden de Estados Unidos y contarían con el respaldo del banco de inversiones JP Morgan que aportaría 5.000 millones de euros. Las mismas fuentes indicaban que equipos como Real Madrid, Atlético, Bayern de Múnich, PSG o Juventus de Turín también habrían dado su visto bueno.
El proyecto se habría acelerado al disminuir las ganancias por el coronavirus y la previsible reducción a medio plazo. Los ‘grandes’ consideran que son los que más ingresos generan y apostarían por crear una liga propia sin ascensos ni descensos. En principio, seguirían compitiendo en sus respectivas ligas, aunque la Champions y la Europa League saldrían perjudicadas.
La UEFA ha mostrado su oposición y está contemplando una remodelación de las competiciones europeas que organiza incrementando el reparto de ingresos. «Los principios de solidaridad, ascensos, descensos y las ligas abiertas no son negociables. Es lo que hace que el fútbol europeo funcione y que la Liga de Campeones sea la mejor competición deportiva del mundo», ha señalado el presidente Aleksander Ceferin.
La postura de la FIFA, que rige el fútbol mundial, no está tan clara a pesar de que ha emitido un comunicado diciendo que no apoya el proyecto. Y es que el Mundial de clubes, que ha tenido que posponer por la pandemia, es una iniciativa que surge bajo una premisa similar.
La Liga y la Federación española están totalmente en contra. El presidente de la LFP, Javier Tebas, ha calificado la idea «de barra de bar a las 5.00 de la mañana». «Un proyecto de este tipo supondrá muchos daños económicos a los propios organizadores y a aquellas entidades que lo financien. Los autores de esta idea, si es que existe alguien, por que no hay ninguna persona física que la defienda, no solo demuestran un total desconocimiento de la organización y de las costumbres del fútbol europeo y mundial, sino que también demuestran un serio desconocimiento del mercado de los derechos audiovisuales», ha censurado Tebas en una reacción contundente.
El presidente de la Federacióne española, Luis Rubiales, defendía el modelo actual de las competiciones europeas de la UEFA y añadía en sus críticas que «el retorno del fútbol no puede ir íntegramente a la élite, una parte del mismo tiene que repercutir necesariamente en la formación, en la base, y en definitiva en el fútbol más modesto».