El Athletic deambula en mitad de la clasificación, es decimocuarto con 9 puntos. A la misma distancia del séptimo puesto que ocupa el Betis con 12 puntos que de las posiciones de descenso en las que se encuentran Levante, Valladolid y Huesca con 6. Ha cosechado tres victorias y cinco derrotas en los ocho partidos disputados en las primeras nueve jornadas. Tiene pendiente de jugar contra el Barcelona en San Mamés.
Más allá de los resultados el equipo transmite apatía y malas sensaciones que se repiten en cada partido. El guión ha sido muy similar en los cinco encuentros perdidos contra Granada, Cádiz, Alavés, Osasuna y Valladolid. El Athletic ha dispuesto de la posesión, ha controlado el juego y ha jugado más tiempo en campo contrario. Incluso, se puede llegar a decir que ha pisado más área que el contrario y ha realizado más remates.
Garitano se aferraba de nuevo a esas estadísticas tras caer en Valladolid. Un rival que logró su primer triunfo de la Liga a costa de la endeblez del conjunto rojiblancos. Según el entrenador, «en una dinámica más larga se revierte, pero de momento no está pasando así». Volvió a referirse a que los errores individuales «nos están matando». Es cierto que Unai Simón regaló los dos tantos al Valladolid, al igual que Capa con el penalti en El Sadar, los fallos en el marcaje que propiciaron el gol en una falta del Alavés, la pérdida ante el Cádiz que desencadenó un contragolpe o los despistes en Granada.
El técnico ha señalado en varias ocasiones que es uno de los equipos que mejor defiende y menos ocasiones concede en la Liga. Sin embargo, es tan solo una parte de la realidad porque al contrario no le hace falta ni disponer del balón ni generar más ocasiones si el resultado es favorable para sus intereses.
A pesar de admitir que en el apartado ofensivo es una «posesión infructuosa», omite en su análisis que el Athletic ha dispuesto del balón porque el rival se lo ha permitido, limitándose a esperar atrás al ir por delante en el marcador.
Y los jugadores también se muestran conformistas en el discurso. Mikel Vesga señalaba tras el encuentro que merecieron el empate en Valladolid, olvidando que para un equipo que dice aspirar a estar en la parte de arriba en la clasificación es un encuentro en el que hay que buscar la victoria. En ningún momento fue factible para el Athletic, pese a la reacción tardía.
Por su parte, Williams reconocía que debió de hacer gol en el mano a mano con Masip, pero en sus reflexiones incidía en que en el parón «toca trabajar y tener tranquilidad» porque «somos conscientes de lo que tenemos que mejorar».
El juego del Athletic no despierta ilusión y los resultados tampoco acompañan. Lo que más frustación está generando en los aficionados es ver que van pasando los partidos y se repiten las alineaciones con jugadores que no están ofreciendo la mejor versión. Capa, Dani García y Raúl García siguen saliendo de inicio, mientras que a otros como Villalibre o Sancet les toca entrar al campo cuando está todo perdido. Garitano no está consiguiendo compaginar los resultados con ir rodando a los jóvenes en posiciones claves para el futuro inmediato. Los casos de Unai Vencedor o Iñigo Vicente son paradigmáticos. Con 20 y 22 años respectivamente, tan solo han participado en los últimos minutos de varios partidos y si la dinámica se mantiene van a pasar el curso con pocas participaciones.
Asimismo, llama la atención el silencio de los responsables institucionales. Ha pasado un mes de la última comparecencia del presidente Aitor Elizegi y el director deportivo Rafa Alkorta. Desde el lío de Llorente no han vuelto a hablar.