Las comunidades educativas de las escuelas de Atxuri y Mujika, junto a diferentes agrupaciones sociales del distrito de Ibaiondo, han realizado este jueves una cadena humana entre los dos centros escolares para denunciar las «importantes deficiencias en sus equipamientos o estructuras» y exigir «mejoras urgentes» a las administraciones públicas.
Niños y niñas, padres y madres, profesorado, trabajadores y trabajadoras de los centros y vecinos y vecinas de los barrios de Atxuri y Alde Zaharra han llenado la calle del mercado con sus reivindicaciones en un ambiente festivo.
En especial, han destacado la falta de espacio en los centros, «que dificulta la labor pedagógica y supone una grave merma de la calidad de vida de su alumnado». Aseguran que necesitan infraestructuras básicas «dignas», como gimnasios, bibliotecas, comedores o salas de profesores.
Asimismo, han añadido que la falta de espacios exteriores o el insuficiente tamaño de los mismos «es clara». Según ha explicado durante la protesta Inés Egino, la escuela de Mujika no tiene ningún patio descubierto donde poder sacar a los y las alumnas a tomar el aire. Un problema que ahora con la crisis de la covid-19 se ha vuelto aún más evidente.
Egino ha explicado que suelen sacar a los alumnos a un trozo de la calle Santa María, pero que desde la administración pública les ponen pegas argumentando que «molestan a la hostelería». «Llevamos años reclamando que los locales vacíos que hay en el mismo edificio puedan ser utilizados por el centro en modo de comedor, patio o gimnasio, pero no lo conceden», ha añadido.
En Atxuri, ha recordado que la antigua estación de trenes, ahora en desuso, podría ser utilizada para aumentar la infraestructura del centro escolar que está al lado.
Pero esta falta de espacio también se traduce en las aulas. Según han explicado, para el curso 2010/2021, 28 niñas y niños se han quedado sin plaza y han sido derivados en su mayoría a colegios o ikastolas concertadas, sin opción de acudir a la escuela pública de su barrio. «Un número que no es más que la punta del iceberg, ya que muchas familias ni siquiera priorizan nuestras escuelas por miedo a no lograr plaza y perder la preferencia en otros centros del entorno», ha explicado Egino.
«Falta de voluntad política»
Los grupos convocantes de la cadena humana han denunciado la «falta de voluntad política» a la hora de solucionar todos estos problemas y han denunciado que cuando exigen soluciones a las administraciones «se trasladan el problema de un departamento a otro y al final nadie hace nada».
Por todo ello, han pedido a las instituciones que cuiden la escuela pública, y han vuelto a exigir un compromiso institucional que «garantice una apuesta decidida en favor de una educación pública de calidad en nuestros barrios». «Necesitamos mucho menos de lo que cuesta un kilometro del Tren de Alta Velocidad o de lo que se ha invertido en crear islas, o reformar edificios de universidades privadas», han asegurado.
Orgullosas de la escuelas públicas
Pese a ello, han dejado claro que está orgullosas de las escuelas públicas «porque son un espacio comunitario esencial de la vida de los barrios; por su carácter integrador y por contener el aumento de las desigualdades sociales; y por su labor cohesionadora».
Asimismo, han puesto en valor la labor de toda la comunidad educativa: «El trabajo del profesorado, de las trabajadoras de apoyo y trabajadoras de comedor que cada día cuidan a nuestros hijos e hijas; y las familias que luchan por una educación pública de calidad y para todas.