El ministro de Gobernación de Guatemala, Gendri Reyes, ha informado este domingo de que hubo 37 detenidos durante los disturbios ocurridos este sábado en la capital del país, en el marco de las manifestaciones de más de siete horas de duración para protestar contra los presupuestos de 2021, contra la corrupción y contra el presidente, Alejandro Giammattei.
Durante las protestas un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio Legislativo y prendió fuego a parte del inmueble.
Por su parte, la Policía Nacional Civil (PNC) ha dado cuenta de 31 detenidos «responsables de cometer actos vandálicos» que participaron en los incidentes violentos de la tarde y noche del sábado en el centro histórico de Ciudad de Guatemala y ha publicado un listado con los nombres. Entre ellos hay dos menores de edad.
La Policía no intervino ante el asalto, pero más tarde empleó gas lacrimógeno y cañones de agua. De madrugada, Emisoras Unidas ha publicado un vídeo en el que se puede ver a agentes empleando la violencia contra manifestantes. Otros videos muestran a un fotoperiodista que es agredido por los policías.
División en el Gobierno
Estas protestas se producen después de que el vicepresidente, Guillermo Castillo, propusiera el viernes al presidente que ambos renuncien a sus cargos «por el bien del país» ya que «las cosas no están bien» en el Gobierno, que lleva apenas diez meses en el poder.
Además de la renuncia de ambos, Castillo ha pedido a Giammattei vetar los presupuestos de 2021 porque tienen «anomalías», por lo que debería ser devuelto al Congreso y modificado, ha explicado, apelando a «la eficiencia, transparencia y austeridad para no tener más endeudamiento» para esta modificación.
Prioridades presupuestarias
El Congreso, de mayoría afín a Giammattei, ha aprobado un presupuesto por 99.700 millones de quetzales (unos 10.800 millones de euros), con un aumento de cerca del 25% con respecto al ejercicio anterior.
La mayoría de fondos están dirigidos a la construcción de infraestructuras en concesiones al sector privado y no prevé aumentar las partidas de salud ni de educación, ni tampoco las destinadas a combatir la pobreza y la desnutrición infantil.
El 59,3% de los casi 17 millones de habitantes de Guatemala vive en la pobreza y la desnutrición infantil afecta a casi la mitad de los menores de cinco años.