El exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, considerado uno de los mejores jugadores de la historia, ha fallecido a los 60 años tras sufrir una parada cardiorrespiratoira en su casa de la localidad de Tigre.
‘El Pibe’ fue ingresado de urgencia hace tres semanas en una clínica de la ciudad de La Plata por un problema relacionado con el bypass gástrico al que se sometió en 2005. Fue operado y regresó a su hogar para la posterior convalecencia.
Criado en una barriada de Buenos Aires, Maradona comenzó muy joven su carrera profesional en las filas de Argentinos Juniors. Le faltaban diez días para cumplir los 16 años cuando debutó en Primera División. De ahí pasó a Boca Juniors, antes de cruzar el charco a Europa.
El Barcelona pagó 1.200 millones de pesetas de la época –más de 7 millones de euros– para hacerse con sus servicios. Estuvo dos temporadas. En el arranque de la segunda sufrió una grave lesión por una durísima entrada del defensa del Athletic Andoni Goikoetxea. Meses después se tomó la revancha en una bronca y recordada final de Copa, al término de la cual agredió a Miguel Ángel Sola.
De la Liga española se marchó al Calcio italiano. Fueron sus mejores años, en las filas del Nápoles, donde estuvo ocho campañas y donde aún hoy en día es venerado como un Dios. Consiguió que un equipo del empobrecido sur plantara cara y derrotara a los del rico norte, con los Scudettos de 1987 y 1990 como cima.
México 1986, la gloria máxima
En este periodo Maradona comandó también a Argentina al título Mundial en México 1986, recordado sobre todo por sus dos goles ante Inglaterra –hacía 14 años de la Guerra de Las Malvinas–, el de ‘La mano de Dios’ y el del Barrilete Cósmico que regateó a medio equipo rival antes de anotar.
Con la llegada de los 90 comenzó su declive. En 1991 fue sancionado por 15 meses por dar positivo por cocaína. En 1992 regresó a la Liga española para jugar en las filas del Sevilla. Fue su tercer y último club europeo antes de regresar a Argentina, primero a Newel's Old Boys y luego a su amado Boca. Las calles de los alrededores del Estadio de la Bombonera son un museo al aire libre dedicado al hombre que llegó a tener hasta su propia religión, la Iglesia Maradoniana.
En este periodo finalizó abruptamente su carrera con la albiceleste. Fue en el Mundial de 1994 en EEUU, cuando volvió a dar un positivo no exento de polémica.
Después de colgar las botas, en 1997, Maradona se dedicó a ejercer como entrenador, aunque su vida siempre ha estado salpimentada de escándalos: demandas por patenidad, acusaciones de violencia de género, problemas con el fisco, problemas médicos relacionados con sus excesos…
Tampoco faltaron sus incursiones en política, o al menos no ocultó nunca sus simpatías por líderes de izquierda como el cubano Fidel Castro –precisamente hoy se cumplen 4 años de su muerte–, el venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales o el brasileño Lula Da Silva.