El rey emérito español, Juan Carlos de Borbón, ha ofrecido regularizar más de 500.000 euros procedentes de fondos opacos supuestamente gastados en tres ejercicios diferentes, entre 2016 y 2018, cuando ya no estaba protegido por la inviolabilidad, publica este lunes ‘El País’.
Según este periódico, el equipo jurídico de don Juan Carlos se reunió con responsables de Hacienda para trasladarles una propuesta de regularización fiscal de los fondos ajenos, procedentes del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, amigo del rey emérito, que lleva meses fuera del Estado español, tras iniciarse investigaciones sobre sus corruptelas.
El diario precisa que, en al menos dos de los tres ejercicios, la suma de fondos gastados sin ser declarados a Hacienda supondría un delito fiscal, pues la cuantía rebasaría los 120.000 euros.
La regularización no está relacionada con bienes en el extranjero, sino con el uso, por parte del rey emérito y algunos familiares suyos, de tarjetas bancarias con fondos opacos, que está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo. Es solo una de las tres causas en marcha.
La cantidad supone una minucia si se recuerda que en la primera de las investigaciones (lanzada en Suiza) se sigue la pista de un «regalo» de 65 millones por parte de Juan Carlos de Borbón a Corina Larsen, cuyo origen sería saudí como comisión por algún tipo de «servicio» real.
Desde agosto
El rey emérito salió de España el pasado mes de agosto y reside desde entonces en Emiratos Árabes Unidos como huésped del jeque Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi.
Está pendiente de que el fiscal Juan Ignacio Campos, que dirige las tres investigaciones abiertas por el Ministerio Público contra él, archive las investigaciones o presente una querella.
La tercera investigación, además del regalo a Larsen y las tarjetas opacas, tiene como objeto una fortuna supuestamente oculta en Jersey.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, sostiene que Juan Carlos de Borbón no está fuera del ámbito judicial y que retornará «inmediatamente» si fuera llamado a declarar; dos cosas que están por ver, tanto la citación como su disposición.
La «fuga» del emérito se produjo tras conversaciones entre la Casa Real y el Gobierno español (la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aparece como figura clave). Con el tiempo va cobrando fuerza la hipótesis de que Juan Carlos de Borbón salió de territorio estatal para así resolver su situación personal desde fuera y al mismo tiempo intentar lavar la imagen de la monárquica encarnada ahora en su hijo Felipe.