FORTITUDO BOLONIA 64 - RETABET BILBAO BASKET 69
Todas las victorias valen por mal que se juegue, y más como en el caso de RETAbet Bilbao Basket, cuando estas escasean. La mítica «Fossa Dei Leoni» de Bolonia, otrora temible cancha de la Fortitudo, ha sido la sede elegida para que los hombres de negro se hayan estrenado victoriosos en la presente edición de la FIBA Champions League.
Los bilbainos han sabido sufrir –hasta 11 tapones les ha puesto el cuadro transalpino–, pero también han sabido aprovechar su momento. Primero, ante la pájara ofensiva de los locales, que solo han anotado cinco puntos en el tercer cuarto. Después, en el último asalto, luego de verse por detrás con 60-58 tras encajar un parcial de 8-0, Jaylon Brown con un triplazo y dos tiros libres, más el temple de Hakanson desde los 4,60 metros ante la antideportiva «de regalo» de Fletcher, han sido los golpes de gracia que han valido la victoria bilbaina en competición europea.
Todas las victorias valen, sobre todo si sirven para realzar el decaído ánimo vizcaino tras la dolorosa derrota ante Estudiantes, más las graves lesiones de Balvin y Serron. Los hombres de negro han arrancado una inesperada victoria de un partido turronero, feo y por momentos dolorosamente malo. Pero al mismo tiempo, han dado una lección de carácter; de agarrarse al partido, de obtener recursos casi de forma inesperada, como los 11 puntos y 10 rebotes de un reivindicativo Dos Anjos, o el sprint final de Jaylon Brown y Hakanson. Si Bilbao Basket le ha dado una lección a alguien este martes, ha sido a sí mismo.
Aguantar para rematar
La Fortitudo ha tenido los 19 puntos de Happ como principal arma, ¡pero es que ha fallado tanto! Los de Romeo Sacchetti han dejado a los hombres de negro agarrarse a su estela. Incluso cuando han dado un tirón en el tramo final del segundo cuarto, al escaparse con un parcial de 7-0 hasta el 41-33, han permitido que los bilbainos no se hayan visto muy por detrás, menos aún cuando Hakanson ha cerrado el cuarto anotando desde media distancia para poner el marcador con un 41-35 camino de los vestuarios.
Luego, lo del tercer cuarto va a pasar al museo de los horrores en Bolonia. Solo cinco puntos han podido meter los transalpinos, dejándose en la gatera una serie interminable de tiros de todo pelaje, incluyendo tiros libres. Y han sido precisamente los tiros libres los que han devuelto a la vida a los de Alex Mumbrú. Los tiros libres y un Dos Anjos erigido en faro en las dos zonas.
Con 46-52, tras un parcial de 5-17 en el tercer cuarto, Bilbao Basket ha entrado en el asalto final casi sin creerse que podía ganar. Tanto es así que, tras escaparse 52-58, luego de un triple de Rouselle, la Fortitudo ha apretado atrás, ha robado varios balones, le ha arrebatado todos los rebotes del mundo a la dupla de interiores compuesta por Miniotas y Huskic –que tiene tanto talento como falta de dureza– y, con un parcial de 8-0, se ha metido en el minuto final con 60-58 en el luminoso.
Ahí ha emergido Jaylon Brown, que ha dado la vuelta al marcador con un parcial de 0-5 con un triplazo y dos tiros libres. Más tarde, cuando los boloñeses se han arrimado 62-63, Hakanson le ha arrancado una absurda antideportiva a Fletcher, y el sueco no ha perdonado ni esos dos tiros libres, ni los posteriores que ha dispuesto. En cambio, la Fortitudo ha tirado el partido por el precipicio regalando posesiones con absurdos pases que se han ido fuera de banda.
Bilbao Basket necesitaba de una victoria balsámica y la ha encontrado a base de picar piedra y apretar los dientes. Tal vez ese sea también su camino para recuperarse en la Liga ACB.