La Corte de Apelación de París analizó el pasado 18 de noviembre la cuarta orden de entrega presentada por la Audiencia Nacional española contra la presa vasca Iratxe Sorzabal.
En la audiencia, el nuevo abogado general que ejerce en ese tribunal dio total credibilidad a los informes y testimonios aportados por la defensa de Sorzabal para respaldar la denuncia que presentara tras su detención, en 2001, por la Guardia Civil en Hernani (Gipuzkoa) y que a juicio de Xantiana Cachenaut es el único elemento en que se basa la euroorden.
De hecho, el abogado general pidió en esa sesión que no se aceptara la orden de entrega.
La pericial en base al protocolo de Estambul realizada a Sorzabal por un experto francés, además de los otros informes y testimonios en que se ha basado la defensa no impidieron, sin embargo, que, de manera precedente, fueran aceptadas las otras tres órdenes de entrega cursadas por Madrid.
Este miércoles, sin embargo, la Corte ha optado por rechazar esta cuarta demanda al entender que, la información aportada por las autoridades judiciales españolas para sostener la euroorden no aporta elementos suficientes para descartar las torturas denunciadas por Sorzabal, pese a que su denuncia fuera archivada por los tribunales españoles.
Decisión de gran calado, sin precedentes
«Es una decisión de gran calado, ya que aunque existe algún precedente con demandas de extradición pero es la primera vez que la Justicia francesa se basa en tal argumento para rechazar una euroorden», ha explicado la letrada Xantiana Cachenaut a NAIZ. Por su parte, el antiguo presidente de la Corte de Versalles, Serge Portelli, presente en la lectura del fallo, ha reaccionado felicitando por su «gesto valeroso» al tribunal.
El magistrado ha remarcado, en declaraciones ya fuera de la sala, la relevancia de una decisión que considera «una victoria», al poner el foco sobre «una cuestión mayor como es la de la tortura, que es de gran relevancia y ha motivado importante movilizaciones en Euskal Herria».
Efectivamente el mecanismo de la orden de detención y entrega, en vigor desde 2004, se basa en el principio de confianza mutua entre estados y se adoptó para dotar de mayor celeridad a los procedimientos de entrega ya que los jueces no están obligados a entrar en el fondo de la demanda.
En este sentido la letrada Cachenaut remarca que la decisión es fruto de «un proceso largo y trabajado», cara a aportar elementos que refuercen la credibilidad de las pruebas, para que los jueces, tras contrastar con la parte demandante, sopesen los argumentos que sostienen el procedimiento y finalmente cuenten con base suficiente para, como han hecho hoy, echar atrás la euroorden.
Otra demanda ante Naciones Unidas
Según ha recordado Cachenaut la comisión contra la tortura de las Naciones Unidas ha aceptado la demanda presentada por Iratxe Sorzabal, en marzo pasado, para analizar la tercera orden de entrega ya aceptada por París.
La defensa espera que haya un pronunciamiento de la institución internacional, que ya ha aceptado ocuparse de la demanda, antes de que la presa cumpla condena en el Estado francés, en 2023. La ejecución de la entrega no es preceptiva hasta que se completa el cumplimiento de la pena.