Después de que en la última crisis del conflicto del Sahara Occidental, el Estado español haya contemporizado con Marruecos, evitando desairar a su vecino del sur en su política de ocupación, se ha encontrado con que Rabat tiene planes más allá, y ante los que sí ha reaccionado.

La secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, ha convocado hoy de urgencia a la embajadora de Marruecos en el Estado español y le ha pedido aclaraciones sobre las declaraciones del presidente del Gobierno marroquí, Saadedin Otmani, sobre las ciudades de Ceuta y Melilla, cuya soberanía reivindica el país magrebí.

Otmani afirmó, en una entrevista con el canal egipcio “Acharq” este fin de semana que tras «solucionar» el conflicto del Sahara Occidental tratará con Madrid el tema de las ciudades de Ceuta y Melilla.

Otmani señaló que de momento Rabat no plantea la cuestión de Ceuta y Melilla, un tema que se encuentra desde hace mucho tiempo en «statu quo», apuntó.

Además, subrayó que la actual prioridad de su país es «solucionar» el conflicto del Sahara Occidental, y ante las insistentes preguntas del periodista que le entrevistó sobre si Rabat considera Ceuta y Melilla un tema prioritario, Otmani lo confirmó al mismo tiempo que añadió que algún día Rabat abrirá este expediente con el Estado español.

Y aunque en este caso solo hablaba a futuro y no se trata de una ocupación de hecho como la de la RASD, sí que ha sido suficiente para una rápida reacción diplomática española.

La Oficina de Información Diplomática, del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, ha informado de que la secretaria de Estado «ha trasladado a la embajadora (Karima) Benyaich que España espera de todos sus socios respeto a la soberanía e integridad territorial de nuestro país». 

En la entrevista, Otmani elogió las relaciones bilaterales entre Madrid y Rabat que calificó de «exitosas» en todos los niveles.

El presidente de Gobierno marroquí añadió que «los españoles entienden ahora más» la postura de Rabat en este conflicto.

La política exterior de Marruecos es dominio exclusivo del rey Mohamed VI, y en los últimos años la diplomacia marroquí no tenía entre sus prioridades la reclamación de la soberanía de Ceuta y Melilla, aunque el tema surge de forma esporádica.

El Estado español y Marruecos iban a celebrar a mediados de diciembre una cumbre de alto nivel en Rabat –la primera en cinco años– que ha sido aplazada a febrero de 2021, oficialmente debido a la pandemia de coronavirus.

Pese a la actitud contemporizadora del Estado español, antigua potencia ocupante de Sahara Occidental, a Marruecos le ha molestado la mera mención de uno de los socios del Gobierno de Madrid a los acuerdos de la ONU para la excolonia.

De la situación diplomática puede depender si Mohamed VI recibirá al presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, un asunto que por el momento no consta en agenda.

Y el rifirrafe con Madrid se produce después de que Rabat se haya visto reforzado con el claro respaldo de Estados Unidos al reconocer oficialmente la ocupación de Sahara Occidental.