Ni se quiere que haya una alfombra blanca de nieve al comienzo del partido ni ponérsela al Real Madrid para que se lleve una plácida victoria de un Sadar –sábado, 21.00, Movistar Partidazo– que volverá a estar desangelado de público.
Si las circunstancias meteorológicas lo permiten, Osasuna espera complicarle la vida a los blancos, reafirmándose en la línea de recuperación de sus señas de identidad que ha mostrado en las últimas jornadas y especialmente por la perentoria necesidad de puntos que padece habida cuenta de su delicada situación clasificatoria.
Cierto es que los rojillos lo tendrán más complicado sin el apoyo extra de la grada, pero la reciente mejoría de sus prestaciones deportivas y, sobre todo, su solidez defensiva, hacen abrigar esperanzas de poder seguir sumando una jornada más, con el objetivo de salir cuanto antes de los puestos de descenso.
Deberá lograrlo con el hándicap añadido una semana más de tener una repleta enfermería de jugadores valiosos para el estilo futbolístico de Jagoba Arrasate, quien al menos recupera para la causa a Oier, dada la necesidad que habrá de contrarrestar el juego combinativo y los pases a la espalda de la zaga de piezas tan talentosas como Modric y Kroos.
Conocida la discreción de la que suele hacer gala el técnico de Berriatua a la hora de desvelar sus planes de partido, la duda estriba en si la escuadra navarra partirá de inicio con dos o tres centrales –esta última disposición la ha utilizado ante rivales de los considerados grandes–, opción que gana enteros por la presencia en la convocatoria de Roncaglia, jugador que puede manejarse tanto en el eje como en el lateral.
Tampoco se podrá despejar hasta una hora antes de la disputa del envite si los locales partirán con dos delanteros de envergadura u optarán por un once en el que Rubén García actúe como enganche y segundo atacante, alternativa esta última en la que parece que el equipo se encuentra más cómodo y ofrece un mejor rendimiento.
Por su parte, el Real Madrid pretende a esta hora desplazarse a Iruñea, algo que se le está complicando seriamente, dado que la expedición merengue lleva más de una hora subida al avión –el despegue estaba previsto a las 19.30– y esperando a que sea retirado el hielo de las pistas de Barajas.
El cuadro blanco acumula siete jornadas imbatido en el torneo liguero –seis victorias y un empate– y con la presión añadida de no perder comba respecto al vecino Atlético. Quitando las bajas por lesión de Carvajal, Rodrygo y Jovic –una sobrecarga de última hora–, el técnico merengue, Zinedine Zidane, ha convocado a todos sus efectivos.
Arrasate: «Hay que hacer el partido perfecto»
Consciente de la enorme exigencia que supone el compromiso ante los blancos, Arrasate ha dejado claro que los suyos deberán «hacer el partido perfecto», de tal modo que el conjunto rojillo tendrá que «apurar sus opciones al máximo», lo que pasa por estar impecables en defensa y ataque.
«Estamos recuperando nuestra solidez defensiva, pero este partido es toda una prueba de fuego. Además de que tenemos que llegar por fuera y generar situaciones de gol para que el encuentro no sea de una sola dirección», ha señalado el preparador vizcaino.
A diferencia de lo que suele ocurrir habitualmente, ha sido en esta ocasión el equipo humilde el que no ha dispuesto de margen entre semana para preparar bien el envite, al disputar Osasuna su partido copero contra el Olot. «Solo hemos tenido tiempo para recuperar, pero no podemos pensar en desventaja y hay que plasmar lo que estamos recuperando», ha indicado.
Insistiendo en el hecho de que ve a sus pupilos «más sueltos», Arrasate ha lamentado que no se pueda disponer a favor del cuadro local del «ambiente mágico» que se forma en El Sadar con cada visita del Real Madrid, si bien las apreturas clasificatorias ya son suficiente acicate como para que «tras el partido, tengamos algo más en el casillero, que es lo importante ahora mismo».