Ondrej Balvin es, junto con Jonathan Rouselle, uno de los capitanes de RETAbet Bilbao Basket, y ha sido precisamente el pívot checo quien ha comparecido este miércoles ante la prensa en la habitual rueda de prensa semanal que un jugador de los hombres de negro ofrece.
No obstante, Balvin no es un jugador más en la plantilla bilbaina y sus palabras merecen el eco en cuanto que voz autorizada de un plantel que atraviesa un estado depresivo, colista coyuntural de la ACB 2020/21, inesperada posición después de la espectacular temporada 2019/2020, refrendado, pese a los problemas físicos, incluso en la burbuja de Valencia en la que se dilucidó el campeón de la Liga ACB.
El gigante de Ústí nad Labem ha admitido que viven «una situación nada fácil», pero por encima de todo, ha zanjado cualquier duda sobre la posible continuidad del entrenador Alex Mumbrú al frente del proyecto bilbaino. «Personalmente estoy contento con Alex y su filosofía y creo que resto del equipo igual. Hemos tenido problemas de lesiones y cambios de jugadores y eso no es culpa del entrenador. Es cierto que hay cosas que no funcionaban, pero ahí también tenemos responsabilidad los jugadores», ha afirmado, rotundo.
De hecho, admitiendo que las lesiones «forman parte del deporte», Balvin ha achacado a los percances físicos parte de la responsabilidad de que Bilbao Basket a día de hoy no sume más que cuatro triunfos. No por las lesiones en sí mismo, sino porque estos problemas han impedido que «hayamos podido entrenar juntos».
«El viernes pasado, en vísperas de viajar a jugar contra Obradoiro, fue la primera vez en la que estábamos casi todos para poder entrenar», ha revelado. De tal forma, a sabiendas de que, una vez termine la jornada de este fin de semana, la Liga ACB vivirá un forzoso y prolongado parón primero por la Copa –que tendrá lugar en Madrid entre los días 11 y 14–, y después por las Ventanas FIBA –serán las últimas rondas clasificatorias para el Eurobasket de 2022, con partidos que tendrán lugar entre los días 18 y 22 de este mes–, Balvin, quien cayó lesionado en las anteriores ventanas y que ha garantizado que en esta ocasión irá convocado con el seleccionado checo, ha explicado que en el próximo mes «la clasificación puede cambiar totalmente».
«Ahora con el parón tendremos dos o tres semanas para entrenar todos juntos, que nos falta bastante y no me da miedo enfrentarme a los partidos que vienen», ha explicado recordando que, tras ese paréntesis después de la visita el sábado a Miribilla del Barça, tendrán tres partidos claves frente a Gipuzkoa Basket –27 de febrero en Illunbe–, Betis –7 de marzo en Miribilla– y Estudiantes –14 de marzo, en Madrid–.
«Sacar el orgullo»
Empatados con Gipuzkoa Basket con cuatro victorias, a un triunfo de Betis y Estudiantes y a dos de Fuenlabrada, los hombres de negro ocupan plaza de descenso y reciben a un Barça que en todo el mes de enero no perdió un partido, amén de permitirse paseos como el inapelable 68-110 que obtuvieron en Illunbe, firmando un 44 de 60 en tiros de campo –15 de 23 en triples–, un 73,33% totalmente inalcanzable para cualquier rival del universo FIBA.
No obstante, a sabiendas del nivel que tiene el cuadro dirigido por Sarunas Jasikevicius, el propio Balvin ha venido apelando a un nivel de «dureza mental» mayor para sostener los momentos malos, evitando hundirse con tanta facilidad, como se pudo ver por ejemplo en el duelo ante el Pinar Karsiyaka en el que se puso fin a la andadura de Bilbao Basket en la FIBA Champions League.
«Somos los jugadores en la pista los que debemos sacar el orgullo y la fuerza para cambiar una situación», ha subrayado, y ha considerado que «somos capaces de hacerlo. Las dinámicas de resultados negativos no son nada que no se puede arreglar fácil ganando partidos o jugando bien».
El pívot ha reconocido que les ha faltado «dureza mental» en los momentos complicados de los partidos y «crear química» en una temporada con muchos cambios en la plantilla por culpa de las lesiones y en la que, además, la situación general hace más difícil «crear grupo».
«El año pasado era más fácil para salir juntos a cenar o dar una vuelta, pero este año está jodido ese tema y eso afecta también al equipo», ha reconocido, pero se ha mostrado optimista después de que con su recuperación y las de Ludde Hakanson y Quentin Serron por fin están pudiendo entrenar el grupo al completo.
Para terminar, el segundo capitán de los hombres de negro ha negado, como ya lo hiciera hace unas semanas en sus redes sociales, que haya tenido la posibilidad de fichar por el Olympiacos. «No he recibido ninguna oferta. Un periodista se inventó en Grecia que me iba a Olympiacos y no era verdad. Soy jugador de Bilbao Basket y durante la temporada no he recibido ninguna oferta», ha insistido.