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Alemania, Suecia y Polonia replican a Moscú con la expulsión de diplomáticos

Alemania, Suecia y Polonia han expulsado a diplomáticos rusos en respuesta a la humillación a Bruselas en plena visita de Josep Borrell, cuando Moscú adoptó una medida similar contra diplomáticos de estos países. La UE amaga ahora con más sanciones que le resulta difícil adoptar.

Imagen de la embajada rusa en Berlín. (John MACDOUGALL/AFP)
Imagen de la embajada rusa en Berlín. (John MACDOUGALL/AFP)

Alemania, Suecia y Polonia han respondido este lunes a Rusia expulsando a diplomáticos rusos en represalia por una medida similar dirigida contra diplomáticos acusados ​​de manifestarse a favor del oponente Alexei Navalny y que el Kremlin adoptó en plena visita del representante de política exterior de la UE a Moscú, Josep Borrell.

Varsovia, Berlín y Estocolmo expulsarán cada una a un diplomático ruso destinado a su país, han anunciado los tres gobiernos casi simultáneamente.

Estas expulsiones son «infundadas, hostiles y son parte de la continuación de la propia serie de acciones que está llevando Occidente hacia nuestro país y que calificamos de injerencia en nuestros asuntos internos», ha afirmado la portavoz de la Cancillería rusa. Maria Zajarova.

Rusia anunció el viernes la expulsión de diplomáticos europeos por haber participado en manifestaciones en San Petersburgo y Moscú a favor del opositor encarcelado, una presencia que el Gobierno ruso juzgó «inaceptable e incompatible con su estatus».

Según la ministra de ¡ Exteriores de Suecia, Ann Linde, el diplomático sueco expulsado «solo estaba cumpliendo con sus funciones» al «observar» una manifestación en San Petersburgo y negó cualquier participación activa.

La misma línea ha seguido el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán al inidciar que su diplomático solo buscaba «conocer por medios legales la evolución de la situación sobre el terreno».

Borrell reacciona en Bruselas al desaire

Rusia había anunciado el viernes la expulsión de los diplomáticos europeos, pocas horas después de las conversaciones entre el jefe de la diplomacia rusa Sergei Lavrov y Josep Borrell.

Borrell acudió a Moscú con un mensaje de defensa de Navalny en el que pedía la liberación del opositor y «una investigación imparcial sobre su envenenamiento», al que Lavrov replicó recordando la represión policial en los estados occidentales y, en concreto, el encarcelamiento de los independentistas catalanes.

Pero más allá de este desaire para el jefe de la diplomacia europea, la verdadera humillación fue la expulsión de los diplomáticos en una demostración de fuerza que subrayaba las palabras de Moscú de rechazo a la injerencia de la UE.

Aunque Bruselas ha amagado con nuevas sanciones contra Moscú, las discrepancias entre los socios de la Unión y el interés comunitario en la colaboración rusa en varias áreas –la vacuna Sputnik o el gasoducto Nord Stream II  son los ejemplos más relevantes– hacen difícil una decisión, lo que refuerza a Moscú en su envite.

De regreso a Bruselas, Borrell pareció reaccionar a la bofetada diplomática y aseguró que «Moscú se niega al diálogo» y la UE debe «sacar las consecuencias», sugiriendo de nuevo más sanciones.

Desede su blog, calificó de «lamentable» que las autoridades rusas no aprovecharan  su  viaje para tener un diálogo «más constructivo» con la Unión y sostuvo que «Rusia se está desconectando progresivamente de Europa».

«Surge una pregunta razonable: ¿quién se está alejando de quién?», ha respondido este lunes Lavrov en un comentario publicado en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores. «¿Quizás sea la propia Unión Europea la que está alejando a Rusia, su lengua y su cultura?», ha añadido el ministro de Exteriores.

Los problemas de la UE con las sanciones

La UE ha estado utilizando sanciones económicas desde la anexión de Crimea en 2014. Las medidas sobre la industria del petróleo, los sectores bancario y de defensa rusos se han renovado todos los años desde esa fecha.

También ha prohibido a seis miembros de la Presidencia rusa permanecer en la UE y congeló sus activos tras el supuesto envenenamiento de Navalny.

El opositor las ve insuficientes y pide «golpear la billetera» de los cercanos al Kremlin. El Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que pedía «sancionar a los oligarcas rusos vinculados al régimen, a los miembros de la escolta del presidente Putin y a los propagandistas de los medios de comunicación que tienen activos en la UE».

También pide el cierre del gasoducto Nord Stream 2 construido entre Alemania y Rusia y casi finalizado, pero las sanciones requieren unanimidad de los Veintisiete para su adopción.

Los colaboradores de  Borrell se reunirán este martes con los representantes de los Estados miembros dentro del Comité Político y de Seguridad (PSC) en Bruselas y el 22 de febrero está prevista una cumbre de Ministros de Exteriores para preparar una reacción.

Moscú sabe que puede poner a prueba la voluntad y la capacidad de la UE para sancionar y confía en que surjan las diferencias entre Estados e incluso las contradicciones de algunos de ellos.

Intereses comunes con la potencia vecina

Así, Alemania apoya la adopción de sanciones, pero se niega a tocar el estratégico Nord Stream 2. «Es un proyecto privado, y se refiere a la seguridad de los suministros de Alemania», insiste Berlín.

Paris tomó nota de esta negativa y su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, concede que «es responsabilidad de Alemania».

Las sanciones contra los oligarcas son igualmente difíciles porque es necesario justificar la infracción sancionada para que no pueda recurrise ante la justicia europea.

Según un diplomático europeo, se podrá llegar poco más allá de un acuerdo entre los 27 para sancionar a otros miembros de la presidencia rusa considerados responsables de la represión contra los partidarios de Navalny.

La mayoría de los estados miembros no quieren romper con Moscú y están preocupados por el riesgo de escalada con un vecino, miembro del Consejo de Seguridad y una potencia comprometida en varias regiones del mundo donde la UE tiene intereses que defender (Ucrania, Cáucaso , Siria, Irán, Libia y África).