Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva

Superados los cinco meses de su grave lesión de rodilla, Chimy Ávila ya entrena con el resto

Seguro que hoy ha sido un dia especial para Chimy Ávila. Cinco meses después de su segunda grave lesión de rodilla, el argentino ha vuelto a ejercitarse con el resto de compañeros, aunque solo fuera una sesión de fútbol-tenis.

Chimy Ávila, durante la sesión matinal de fútbol-tenis que ha tenido lugar en Tajonar. (OSASUNA)
Chimy Ávila, durante la sesión matinal de fútbol-tenis que ha tenido lugar en Tajonar. (OSASUNA)

Apenas unos días después de haber cumplido los 27 años, Chimy Ávila ha recibido un magnífico regalo participando junto al resto de la plantilla en una suave sesión de fútbol-tenis, la primera después de que se lesionase gravemente su rodilla derecha hace poco más de cinco meses.

El atacante argentino únicamente ha compartido ese ejercicio con sus compañeros –posteriormente se ha retirado para seguir completando su proceso de recuperación–, pero seguro que le ha sabido a gloria después de pasar por su segundo calvario físico consecutivo, tras romperse también la articulación izquierda frente al Levante hace más de un año, en enero de 2020.

Ahora, su evolución parece marchar por buen camino aunque, como ya ocurriera durante su primera rotura, el impetuoso carácter del delantero, deseoso de volver al césped cuanto antes para ayudar a su equipo, debe ser contenido por los servicios médicos del club rojillo para evitar cualquier contratiempo inesperado que retrase su regreso.

En todo caso, la capacidad fisiológica y las ganas del rosarino permiten apuntar a que, como sucediese con su anterior percance, los plazos previstos para que se vista de corto en partido oficial podrían acortarse.

De hecho, el propio técnico osasunista, Jagoba Arrasate, ya puso de manifiesto hace unas semanas que se baraja la posibilidad de poder contar con el Chimy para el último tramo del campeonato liguero.

Sería una magnífica noticia para la escuadra navarra, no solo por lo que el futbolista sudamericano aporta en lo deportivo, sino también en lo emocional, después de haber conectado con la afición de manera inmediata desde el primer día en que se enfundó la elástica rojilla.