Ciudadanos es sin duda el gran derrotado del 14F. La formación de Inés Arrimadas ha perdido 30 escaños y ha pasado de ser la primera fuerza en el Parlament a convertirse en el séptimo grupo, con solo seis escaños.
Así, no es de extrañar que algunas voces críticas con la dirección de la formación naranja, entre quienes figura el diputado Antonio Espinosa, estén pidiendo la dimisión de Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa. «La pérdida de casi un millón de votos en Cataluña, y la huida continua y sin parangón de afiliados y cargos electos muestran a todas luces un liderazgo y una estructura de partido que no funciona», han advertido.
Y han manifestado que «Ciudadanos debe abordar una profunda regeneración, debe acometer sin dilación una mejora sustancial en transparencia y rendición de cuentas y por supuesto debe ampliar la capacidad de participación y decisión de los afiliados para recuperar la ilusión y esperanza».
La respuesta de Carrizosa
Sin embargo, la opción de dimitir no figura entre los planes de Carrizosa, que este lunes ha apelado a la «unidad». «Creo que yo puedo encargarme de aglutinar en torno a nuestra opción a mucha gente», ha apuntado, y ha aseverado que «no se soluciona nada abriendo crisis en el partido».
Ha reconocido que Ciudadanos no ha sabido movilizar a su electorado, pero ha echado balones fuera ha indicar que «ha faltado mucha gente en las urnas, probablemente por estas circunstancias de pandemia». «El PSC, por ejemplo, ha ganado las elecciones con medio millón de votos menos que los que sacamos nosotros al ganar, o sea que la movilización ha afectado a todos», ha añadido, sin reparar en que a él solo le han votado uno de cada ocho electores respecto a la cita con las urnas de 2017: de 1.109.732 a 157.903 sufragios en una legislatura.