«Sakana es una comarca situada en el noroeste de Navarra. En una superficie de 305,5 km cuadrados, viven unas 20.000 personas. Entre los años 1960 y 2011, al menos 149 ciudadanas de Sakana han sido víctimas de tortura y malos tratos mientras se encontraban bajo custodia de funcionarios públicos. Sólo este dato expresa la dimensión de una sangrante realidad íntimamente ligada a la pervivencia de un conflicto político todavía en vigor. En referencia a los datos, es importante señalar que a día de hoy todavía carecemos de datos oficiales que acrediten la realidad de la tortura en Navarra», explican los impulsores del documental ‘Arg(h)itzen’, que han puesto en marcha un crowdfunding en Verkami.
En este sentido, recuerdan que el TSJN bloqueó la financiación pública de una investigación sobre la tortura en Nafarroa posterior a 1978 a instancias del Parlarmento. Según datos del Gobierno navarro, entre 1960 y 1978, han 169 casos de tortura y Euskal Memoria estima en más de 600 los casos registrados entre 1969 y 2010. Se apunta a que el número real de torturados en Nafarroa superaría el millar.
«El conocimiento de esta realidad precisa sigue pendiente de que se concluya una investigación imparcial y científica que cuente con el aval de las instituciones públicas de Navarra. Lo que conocemos hasta ahora lo debemos a iniciativas impulsadas desde la sociedad civil», destacan.
Trabajo de la sociedad civil
En este contexto, enmarcan el proyecto del documental ‘Arg(h)itzen’ en este trabajo de la sociedad civil. «Partiendo del testimonio ofrecido por ciudadanas de Sakana víctimas de tortura, y con la ayuda profesionales del derecho, la medicina, la historia y la comunicación, pretende sacar a la luz la arquitectura política, legal, judicial e ideológica que ha hecho posible la práctica de la tortura en nuestra sociedad. Quiere ayudar a descubrir las herramientas y la red de complicidades que han posibilitado la invisibilidad y la impunidad de la práctica de la tortura», explican.
«Pretendemos por tanto hacer una aportación a la solución democrática del conflicto y al establecimiento de un marco de convivencia pacífico, donde la violencia desaparezca para siempre de la disputa política. El esclarecimiento de la verdad de lo sucedido en el contexto del conflicto político es un reto similar a la construcción de un gran mosaico. Nadie puede pretender ser dueño de toda la verdad, nadie tiene la memoria de todo lo sucedido. La verdad y la memoria se construyen sumando, contrastando, discutiendo las verdades de todas las personas y agentes implicados en el conflicto», añaden.
Todo el proyecto está impulsado por vecinos de Sakana comprometidos con el tejido social de la comarca. La coordinación corre a cargo de Unai Razkin y la imagen y el sonido son responsabilidad de Aitor Karasatorre y Luis Quintana. La dirección de arte es de Olatz Aldasoro y el guión y las entrevistas de Juan Kruz Aldasoro, mientras que las relaciones públicas están a cargo de Iosu Imaz.