KHIMKI MOSCOW REGION 67 - TD SYSTEMS BASKONIA 89
No hay nada peor que un aficionado purista, así que no merece la pena llevarse las manos a la cabeza al ver jugar al Khimki, un equipo que tiene la prohibición expresa de fichar hasta que salde sus deudas por impago y que ha tenido a bien no alinear a jugadores como McCollum, Jovic o Booker –este en los Estados Unidos luego de haber sido padre, y no se espera que regrese– ante un TD Systems Baskonia que, pese a vivir varias pájaras imbuido por el caos del juego moscovita, ha sumado su duodécima victoria, que involucra a los gasteiztarras todavía más en la pelea por el Top 8.
Los gasteiztarras han tenido el arte de sumar un parcial favorable en los últimos minutos de todos los cuartos, evitándose por tanto de desagradables apreturas ante un adversario tan perdido e imprevisible que tiene un potencial peligroso si encadena sus triples. El cuadro ruso ha aguantado, a trancas y barrancas, unos 25 minutos, pongamos hasta que Shved ha cometido su cuarta personal. Y cuando la estrella del Khimki se ha ido al banquillo –aunque tampoco, porque sus 16 puntos han llegado en los dos primeros cuartos– la resistencia del rival baskonista se ha venido abajo. Tanto es así, que el último cuarto ha resultado no solo de «minutos de la basura», sino desagradable de ver, ya que los gasteiztarras han jugado con profesionalidad ante un adversario que ha sido un dechado de desidia.
En realidad, la victoria del Baskonia no ha corrido peligro nunca, empezando por el parcial de 2-9 con el que ha arrancado el duelo. Ni siquiera cuando Shved, Mickey y Vialtsev se han conjuntado para arrimarse 34-36 ha habido sensación de peligro. Cierto, este Saski Baskonia se ha lucido en varias ocasiones, como pudieron ser los dos partidos ante un Alba Berlín lleno de bajas, cayendo ante rivales manifiestamente inferiores, pero claro, aquellos rivales eran equipos que, con sus taras, ponían toda su intención en buscar las cosquillas a los gasteiztarras, mientras que el Khimki... ha dado mucha lástima. Eso no es culpa del Baskonia, porque ha hecho su trabajo, como le tocaba, sin brillar pero apretando hasta obligar al Khimki a sacar la bandera blanca ya para los minutos de inicio del cuarto período.
Claridad de ideas
«Hemos jugado mejor en la segunda mitad», ha declarado Dusko Ivanovic, pese a alcanzar el descanso con un resultado de 37-47. «Hemos cerrado mucho mejor el rebote defensivo y además hemos sabido atacar con las ideas más claras, jugando para los jugadores interiores y generar a partir de ahí», ha añadido el montenegrino, con claridad.
Y es que Jordan Mickey ha sido el único interior puro que ha alineado el Khimki y ante la batería gasteiztarra no ha sido suficiente, ni de casualidad –24 a 48 en rebotes–, mientras que esa ventaja primigenia ha servido a su vez para mover el balón con criterio –28 asistencias, repartidos entre nueve jugadores– para firmar un 21 de 41 en tiros de dos –con muchos tiros muy cerca del aro– y un 13 de 24 en triples –castigando las «defensas» en zona de su rival–.
Hasta seis jugadores han alcanzado 11 puntos o más en el bando gasteiztarra, dándole por otro lado minutos de descanso a un Pierria Henry que ha recibido un golpe en la muñeca, aunque parece que no ha revestido importancia. Los de Ivanovic han cumplido su parte del contrato, y que el rival haya ofrecido una imagen indigna –viejos conocidos Dairis Bertans o Janis Timma han desconectado del partido de forma vergonzante– no es culpa suya. El Top 8, a falta de lo que hagan los rivales del Baskonia, está ya a una victoria.
FICHA DEL PARTIDO:
Khimki: Shved (16), Zaytsev (8), Monia (6), Mickey (13) y Bertans –quinteto inicial–, Karasev (6), Timma (3), Vialtsev (11), Ponkrashov (2), Kadoshnikov (2) y Voronov.
Baskonia: Pierria Henry (2), Sedekerskis (11), Giedraitis (3), Polonara (7) y Fall (14) –quinteto inicial–, Vildoza (13), Dragic (13), Alec Peters (11), Jekiri (2), Raieste (2), Kurucs (1) y Diop.
Parciales: 14-24, 23-23, 20-24, 10-18.