Naciones Unidas ha retirado este viernes –y puede que para siempre– el tapiz del ‘Guernica’ de Picasso que permaneció 35 años colgado de la sede de la organización en la ciudad de Nueva York. A muchos su presencia allí les incomodaba.
El cuadro se convirtió en noticia en 2003, en vísperas de la invasión de Irak. El tapiz recordaba la muerte y el horror de los bombardeos aéreos y a Colin Powell, el jefe del Estado Mayor de George Bush, le pareció que no quedaba bien anunciar que iba a enviar a sus aviones a matar iraquíes.
Lo que hicieron ese año fue taparlo con un cortinón azul. El efecto conseguido por Powell logró su cometido solo a medias. Se ahorró el anunciar la invasión con la icónica imagen detrás, pero todo el mundo se dio cuenta de la estratagema. Algunos de los periodistas que trabajan en la ONU lo advirtieron desde el primer momento, adelantándose a la noticia: tapar el ‘Guernica’ significaba la guerra. Es fácil encontrar el vergonzoso vídeo.
Visto así, que ahora se retire el cuadro porque a la familia Rockefeller ya no le apetece tenerlo ahí, no parece tan mal motivo. Ahora hay fotografías de lo que supone bombardear un país que pueden reflejar lo que supone un bombardeo, quizá no con un pincel tan fino, pero al menos con la misma dureza y verdad. Le toca a la ONU mover ficha, llenar el vacío.
Por de pronto, a las Naciones Unidas no les queda otra que tragar. «Queremos dar las gracias a la familia Rockefeller por habernos dejado esta pieza de arte durante más de 35 años», ha indicado un portavoz de Naciones Unidas en un comunicado.
El tapiz fue colgado en 1985. La reproducción fue realizada, además, bajo la supervisión del propio Picasso en el taller de J. de la Baume Dürrbach, en el sur de Francia.