Los grupos parlamentarios ERC, EH Bildu, JuntsxCat, la CUP, BNG, PDeCAT, Compromís y Más País han pedido este jueves la comparecencia en el Congreso de Felipe de Borbón para que dé cuenta de la marcha del rey emérito del Estado y «sobre las últimas informaciones en relación a miembros de la Familia Real», en alusión a la vacunación de dos infantas en Emiratos Arabes Unidos.

De esta forma, estos grupos parlamentarios, que registrarán a lo largo de la mañana esta petición de comparecencia, quieren que Felipe de Borbón explique en la Cámara Baja no sólo el pago de su padre de cuatro millones a Hacienda en una segunda regularización también la vacunación de Elena y Cristina de Borbón en Abu Dabi.

Además de esta petición «ante la gravedad de lo sucedido las últimas horas, días, meses y años en relación a la Casa Real», estos grupos registrarán una segunda petición de comparecencia del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, para «dar cuenta del papel del Gobierno en los mismos escándalos».

La posibilidad de que esta petición prospere es nula ya que, de forma reiterada, la Mesa del Congreso y la mayoría de los grupos se han opuesto a cualquier tipo de control sobre la Jefatura del Estado.

De hecho, tras conocerse esta petición la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha opinado que pensar que Felipe de Borbón comparezca en el Congreso «es una fantasía más»

En declaraciones a los periodistas antes de presidir en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) un acto sobre memoria histórica, la vicepresidenta primera ha subrayado que el rey no puede ni debe comparecer en el Congreso ya que sería inconstitucional que lo hiciera.

«El rey es una figura neutral políticamente, símbolo de la unidad del Estado y, así lo dice la Constitución, tiene garantizada la inviolabilidad», ha añadido.

En consecuencia, ha calificado esa pretensión de «una fantasía más de ERC, que tiene que entender -ha añadido- que el marco constitucional no se puede saltar nunca, y tampoco con semejante petición».

Sí ha reconocido que se está ante una situación no deseable y «totalmente reprochable» respecto a lo que se está conociendo del rey emérito, pero ha insistido en que se trata de un exjefe del Estado que no tiene en la actualidad ningún cometido institucional ni público.