El expresident Carles Puigdemont y los exconsellers Toni Comín y Clara Ponsatí han comparecido en el Parlamento europeo después de que el plenario haya aprobado suspender su inmunidad parlamentaria por 400 votos a favor, 248 en contra y 45 abstenciones.
Puigdemont, de hecho, ha dedicado las primeras palabras ha ese apoyo recibido, «mayor del previsto». A pesar de ello, ha subrayado que «es un día triste» para el Parlamento Europeo. «Hemos perdido nuestra inmunidad, pero la democracia europea ha perdido más», ha apuntado antes de recordar que «es un caso claro de persecución política».
Como ya ha señalado previamente su abogado, Gonzalo Boye, Puigdemont ha confirmado que presentarán una demanda en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) contra la decisión de la Eurocámara. «Con esta demanda creemos que se podrá restablecer el severo daño que se ha hecho después de que se haya votado quitarnos la inmunidad», ha sostenido. Asimismo, ha añadido que se ponen «a disposición de la justicia belga».
Más allá de la batalla judicial que se abre ahora, Puigdemont, ha asegurado que «con una derrota aritmética podemos obtener una victoria política, que nos permite avanzar este debate y el conocimiento de conflicto catalán y apoyo que teníamos hasta hoy en causa», en el sentido de internacionalizar la cuestión catalana.
Comín también ha puesto énfasis en que el 42% de los votos han sido contrarios a retirarles la inmunidad. «Es posible que sea el suplicatorio con más rechazo de la historia», ha destacado. En ese sentido ha hecho la lectura de que ese 42%, 293 diputados, «no confían en la justicia española». Por ello, ha afirmado que, a pesar de perder la inmunidad, han llevado el conflicto catalán «al centro del debate».