La Agencia Vasca del Agua (URA) ha desarrollado durante el último año un proyecto basado en el análisis de las aguas residuales que, a falta de más datos para un mayor contraste, establece una «sólida correlación» entre la incidencia del covid en la población y la presencia de los genéticos del virus en el agua. Así se llega a detectar restos del coronavirus incluso antes de que la persona contagiada sepa que ha contraído la enfermedad.
La evidencia científica ha confirmado que una persona infectada, tenga síntomas o no, excreta SARS-CoV-2, dos días después de la infección, aunque normalmente las pruebas diagnósticas, principal indicador epidemiológico, se llevan a cabo varios días después, según ha informado esta entidad en una nota.
Por ello, el eje principal de este proyecto se basa en la vigilancia microbiológica de las aguas residuales y en la construcción de un modelo que sea capaz de pronosticar cambios en la prevalencia del covid con varios días de antelación con respecto a los test diagnósticos.
De confirmarse, esta metodología serviría para anticiparse al inicio de una posible epidemia e incluso, en fases más avanzadas de la misma, permitiría conocer si el número de personas infectadas aumenta o disminuye, y establecer cómo se está propagando el virus en función de la evolución de las concentraciones en las aguas residuales.
En esta línea, ahora se está trabajando en la construcción de un modelo predictivo que permita generar un sistema de alerta temprana epidemiológica a partir del seguimiento de la presencia del material genético del coronavirus en aguas residuales.