En distintos comunicados, el Congreso Nacional del Kurdistán, el Movimiento de Mujeres Kurdas en Europa (TJK-E) y el Congreso de Sociedades Democráticas del Kurdistán en Europa (KCDK-E), entre otras organizaciones, han expresado su preocupación por el estado en el que se encuentra el líder kurdo Abdullah Öcalan, preso y aislado desde 1999 en la isla-prisión de Imrali.
Estos llamamientos, algunos de ellos recogidos por la agencia Firat, tienen su origen en una serie de rumores sobre la supuesta muerte de Öcalan en la cárcel, difundidos en los últimos días en medios digitales turcos y redes sociales.
Las organizaciones, que exigen el fin del aislamiento y la puesta en libertad de Apo, como se le conoce, admiten que no es la primera vez que circulan rumores de este tipo y que ello «forma parte del componente sicológico de la guerra del Estado turco contra el pueblo kurdo». Sin embargo, señalan que la «ausencia de información fiable» sobre al situación de Öcalan genera gran preocupación en su entorno cercano y en el conjunto de la ciudadanía, a la que llaman a movilizarse.
La Coordinación del Partido de Mujeres Libres del Kurdistán (PAJK) ha hecho un llamamiento amplio a salir a la calle «con todas nuestras fuerzas y métodos creativos».
Desde la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), que agrupa a varias organizaciones, instan a seguir movilizados y a «continuar las acciones» hasta que se permita a la familia y a los abogados de Öcalan visitarle para verificar su estado.
Sin información desde abril de 2020
Precisamente, la Oficina de Abogados de Asrin, que representa al fundador del PKK y a otros presos de Imrali, emitió ayer un comunicado en el que explicaba que no ha tenido información sobre el estado de sus clientes desde el 27 de abril de 2020 y denunciaba el hermetismo en torno a esa prisión.
Por ello, hacían un llamamiento a legisladores y autoridades a actuar «de manera responsable abandonando esta práctica discriminatoria de aislamiento aplicada a una sola cárcel y a un solo grupo de detenidos, haciendo verificable la situación en la prisión de Imrali y permitiendo el derecho a las visitas legales y la comunicación sin distinción».
Desde Euskal Herria
En otra nota difundida en redes sociales, la Plataforma de Solidaridad con Kurdistán en Euskal Herria se ha hecho eco de la preocupación del pueblo kurdo y de su petición de explicaciones, al tiempo que han denunciado que las instituciones turcas «no aclaran ni permiten que se compruebe la veracidad» de los rumores que circulan.
Además, indican, el Comité Europeo de Prevención de la Tortura «no está respondiendo a los sucesivos llamados y denuncias realizadas por las organizaciones de derechos humanos ante la situación de aislamiento que está sufriendo Öcalan».
Concluyen su comunicado reclamando a las instituciones políticas y jurídicas internacionales que «pidan responsabilidades al Gobierno turco por la salud y la vida de Abdullah Öcalan y que cumpla con el derecho internacional».