La Federación de Asociaciones Vecinales ha advertido de que los barrios altos de Bilbo «también merecen unos medios de transporte eficaces que cumplan las necesidades de todos los vecinos y vecinas».
Tras señalar que la puesta en marcha de la línea 3 del metro supuso una disminución de usuarios de Bilbobus, desde la federación han comentado que esperaban que esta circunstancia «permitiría a los responsables de transporte público municipal mejorar el servicio en barrios a los que no llega el suburbano».
Y ha recordado que eso fue lo que indicó, en febrero de 2018, el concejal responsable del área de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, cuando afirmó que no se planteaban «suprimir, sino trasvasar líneas o incluso cambiar recorridos y rutas para dar más servicio a aquellos barrios a los que aún no llega el metro».
«Otra promesa en saco roto»
La federación ha lamentado que, «tres años después y como tristemente suele ser ya costumbre, las promesas de Alfonso Gil han caído una vez más en saco roto».
«Y no solo porque no haya mejorado el servicio de Bilbobus, sino que este ha empeorado en los barrios de Altamira, Arestizabala, Kobeta, Masustegi y Monte Caramelo, al reducirse los recursos de la línea 58»-
Una situación que considera «especialmente sangrante para los barrios de Kobeta, Masustegi y Monte Caramelo, al ser esta la única línea que los conecta con el resto de la ciudad».
«Con nocturnidad y alevosía»... y en verano
En su comunicado, la federación vecinal ha denunciado que la reducción en la línea 58 fue realizada «con nocturnidad y alevosía al aprovechar el horario de verano de Bilbobus y no devolver el servicio a su normalidad, mermando los derechos de las personas usuarias, y además, sin tan siquiera informar previamente a los vecinos».
Como consecuencia, han explicado que vecinas y vecinos «ven cómo cada vez les resulta más complicado acudir al médico, a la compra, al colegio, a sus puestos de trabajo, y en ciertas horas sufren los colapsos y aglomeraciones del servicio, situación totalmente inaceptable y más en la situación sanitaria actual».
También ha manifestado que, en las reuniones mantenidas con el área municipal responsable de Bilbobus, se esgrimían dos argumentos para reducir el servicio en la línea 58: problemas presupuestarios y el descenso del número de personas usuarias.
El presupuesto municipal más grande de la historia
Sobre el primer punto, considera «curioso» que en noviembre pasado, después de la reunión mantenida con el área de Movilidad, el Consistorio «se enorgulleciera de presentar los presupuestos más elevados de la historia».
«La pregunta es clara ¿dónde está ese aumento presupuestario? Porque parece que el del área de Movilidad se ha visto reducido, o al menos eso dieron a entender sus responsables», ha replicado.
No obstante, la federación mantiene que Bilbobus, siendo un servicio público, «no debería ser analizado desde un punto de vista empresarial en términos de coste-beneficio».
Miedo a usar el servicio por la pandemia
En cuanto al número de usuarios, la federación entiende que se realiza un análisis «completamente sesgado de la realidad al no tener en cuenta el contexto covid-19 de esos datos, con confinamiento, ERTEs, teletrabajo, y cierre de colegios y hostelería».
En su opinión, «el miedo también estaría relacionado con este descenso de usuarios, y es que muchos vecinos tienen miedo de hacer uso del servicio Bilbobus por las situaciones de aglomeración que se producen, así como por la ausencia de gel hidroalchólico en la entrada de los autobuses».