El anuncio de un tercer confinamiento, también para Ipar Euskal Herria, ha sorprendido a la ciudadanía y también a muchos representantes de la vida social del país, que no esperaban que el Elíseo diera el paso de aplicar en un territorio con baja incidencia de covid-19 las mismas medidas que rigen desde mediados de marzo en 19 departamentos, en su mayoría situados en el cinturón de la capital francesa, fuertemente impactado por la pandemia.
Como era de prever, los dos diputados de la mayoría macronista, la angeluarra Florence Laserre y el ex alcalde de Kanbo, Vincent Bru, han asumido las medidas que obligarán al cierre de muchos comercios, de todos los centros escolares y limitarán además la movilidad.
Dentro de la serie de reacciones recogidas a lo largo de la jornada por Mediabask Laserre asume que «había que actuar sin dubitaciones porque las cifras están ahí y todavía no disponemos de suficientes vacunas».
Reconoce que sea difícil de entender, a la vista de que la situación es distinta en Ipar Euskal Herria, pero defiende la actuación conjunta en todo el Estado francés.
Para Vincent Bru, aun habiendo ritmos diferentes, el avance de la pandemia justifica esa actuación a escala hexagonal. Valora positivamente que Macron haya fijado en el horizonte una perspectiva nueva: la eventual reapertura de las salas culturales a mediados de mayo.
Hoy la mayoría macronista ha visto como la oposición parlamentaria se ha unido para boicotear la votación destinada a ratificar las decisiones anunciadas por televisión por Macron. En la misma línea, el senador de Biarritz, Max Brisson (LR, derecha), considera que «carece de sentido y es una decisión burda propia de un régimen jacobino» imponer en Euskal Herria y Bearne las mismas restricciones que rigen en las zonas en rojo del Hexágono.
La renuncia a una política territorializada que tenga en cuenta la situación sanitaria en cada zona es compartida desde el ámbito médico.
El doctor Xabi Chabagno, que ejerce en Donibane Lohizune, ha asegurado esta mañana Euskal Irratiak que «la tasa de incidencia en Ipar Euskal Herria no justifica las medidas anunciadas.
Por su parte, el doctor biarriztarra Guillaume Barucq, con ayuda de las gráficas de datos de las últimas cuatro semanas, ha resaltado en redes sociales que el departamento que incluye a Ipar Euskal Herria se sitúa entre los que registran una mejor situación pandémica.
Efectivamente la incidencia de covid-19 a una semana es de 96,4 casos por 100.000 habitantes en el departamento de Pirineos Atlánticos, según los datos correspondientes al periodo entre el 23 al 29 de marzo proporcionados esta tarde por la Agencia Regional de Salud (ARS) de Nueva Aquitania, mientras que en algunos departamentos de la región parisina esa tasa se sitúa por encima de los 700 casos.
El presidente de la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas de Pirineos Atlánticos (CPME 64), Georges Strullu cree que «las personas no se contagian en los comercios» y lamenta que «las nuevas restricciones penalicen a las zonas menos afectadas por la pandemia, mientras que sigue sin controlarse el flujo de personas que llegan aquí desde otras regiones».
Cierre de los chalets de Irati
Para Josy Arrossagaray el martes 6 de abril, cuando entrarán en vigor la mayorías de las restricciones, marcará el cierre de los chalets de Irati.
Con las nuevas medidas esa zona dedicada al turismo verde ha sido considerada como una residencia vacacional, por lo que a la encargada de la instalación no le queda otra que avisar a las personas que habían hecho reservas -unos 190 dosieres- en abril para decirles que no podrán venir a oxigenarse en los montes vascos.
Calcula una pérdida de 170.000 euros, pero asevera que «hay cosas más grave y la salud es lo principal». A la salida de primer confinamiento los chalets de Irati fueron muy demandados por gente que buscaba destinos sanos, trabajaron bien todo el verano, y Arrossagaray se consuela pensando que en cuanto mejoren las cosas «volveremos a recibir otra vez, sin mayores problemas, a nuestra clientela».
El discurso televisado de Emmanuel Macron pilló en una reunión a la Unión de Comerciantes de Garazi-Baigorri. La presidenta de la asociación, Patricia Arangois, dice que la noticia del cierre de los comercios no esenciales cayó como un jarro de agua fría.
El fin de semana de Pascua marca en cierto modo el arranque de la temporada turística, pero por segundo año consecutivo las tiendas de la capital bajonavarra bajarán la persiana en una época especialmente importante para el comercio local. «Será difícil incluso para los comercios de alimentación que sigan abiertos, porque no va a haber tanta afluencia de gente, lo que hará bajar la clientela», augura la comerciante de una localidad que se resiente y mucho de la situación en la muga, por la que ya no llegan los clientes del sur.
Dice Arangois que los comerciantes tienen la moral tan baja que «de momento no tenemos ni energía para pensar en protestas», como hicieran durante el segundo confinamiento, en otoño pasado.
El cierre de centros escolares era demandado por algunos electos, caso de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ante el cierre progresivo de aulas en las últimas semanas.
Si bien en la última semana se han detectado brotes en dos centros escolares vascos, uno situado en Biarritz y otro en Maule, la situación es diferente en Ipar Euskal Herria.
Con todo, sindicatos como FSU venían alertando de que no se reemplazaba a los profesores que caían enfermos. Conocida la decisión de cierre de centros «por los medios de comunicación», esta central deploraba por medio de un comunicado que «una vez más no se haya actuado a tiempo».
Tras recordar que los enseñantes han trabajado todo el curso haciendo un esfuerzo añadido con tal de mantener la enseñanza presencial, porque «la escuela es clave para mantener la cohesión social», FSU reprochaba al Ministerio de Educación no haber dotado de medios suficientes a los centros ni tampoco anticipado las necesidades derivadas de una vuelta temporal a la enseñanza desde casa.
Los alumnos darán clases desde el martes 6 en casa. Luego estarán durante dos semanas más de vacaciones. Y ya entre el 26 de abril y el 3 de mayo retomarán, por niveles, las aulas.
Las familias deberán volver a adaptarse al binomio no siempre sencillo de teletrabajar y atender al tiempo a la educación de los hijos, todo en el mismo espacio físico.