El regreso a la actividad cotidiana después de Semana Santa, también en el Departamento de Salud de Lakua, ha servido para constatar que Gasteiz, y el conjunto de Araba, alcanzaron hace días los 400 casos de incidencia acumulada que implica el cierre perimetral, y comprobar que la afección del virus crece a gran ritmo, aunque todavía no se note el efecto de las vacaciones.
Al contrario, la caída en el número de test realizados en estos días festivos ha limitado el aumento en los datos de incidencia acumulada, que, pese a ello, ha crecido en 54 puntos desde el miércoles pasado en Hego Euskal Herria. Esto se aprecia con bastante claridad en la tasa de positividad de estos últimos días, que está siendo altísima –el lunes fue del 8,6%–, por el aumento de contagios y la reducción de pruebas. En cuanto se recupere la cantidad de test habitual, las cifras mostrarán un retrato más fiel de la situación.
52 pacientes más en un día
Mientras tanto, un dato que escapa a los vaivenes de las pruebas diagnósticas y que permite hacer una composición de lugar es el que llega desde los hospitales. Y lo que muestra es un fuerte acelerón en la presión asistencial causada por el covid-19.
En los cinco días que ha durado este periodo festivo, el número de pacientes atendidos en los hospitales de Osakidetza y Osasunbidea ha aumentado en 152, pasando de 468 el miércoles de la semana pasada a 620 este lunes. La subida es generalizada, pero especialmente preocupante la que se aprecia en las unidades de cuidados intensivos, que atendían a 104 enfermos de coronavirus al inicio de la Semana Santa, por los 130 que aparecían en los informes de ayer. La progresión, además, no es tranquilizadora, pues un tercio de esa subida se ha dado en las últimas 24 horas, con 52 hospitalizados más entre el domingo y el lunes.
Como se ha dicho, el aumento de la presión hospitalaria se ha producido sin que el impacto de las vacaciones haya podido hacerse notar en la incidencia del virus, de forma que estos datos parecen el preludio de una situación muy complicada para las próximas semanas, tanto desde el punto de vista asistencial como en el epidemiológico.
Gipuzkoa, la peor evolución
En ese sentido, si bien el esperado cierre de Gasteiz y Araba –y 25 municipios más– se llevó los titulares, lo cierto es que Gipuzkoa es el herrialde que peor evolución mantiene desde hace varias jornadas, y está a puertas de entrar también en la zona roja que marcan ahora los 400 casos por cien mil habitantes. Con 374 casos, un centenar más que una semana antes, es probable que rebase pronto ese listón, y que incluso supere la incidencia de Araba, donde ayer bajó un poco. Pero no se aplicarán nuevas medidas preventivas hasta el próximo martes, una vez que el lunes se actualice la lista de los territorios y las localidades afectadas.
Peores números tiene Bilbo, donde la incidencia en catorce días es de 383 casos. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en Gipuzkoa, donde la transmisión está disparada, en la capital vizcaina las cifras parecen haberse estabilizado, a la espera del efecto de la Semana Santa.
Un periodo que Muskiz ha pasado cerrado pese a no sobrepasar los 400 casos de incidencia ningún día desde que inició el confinamiento. Hoy, sus vecinas y vecinos podrán salir de la localidad, igual que los de Elorrio.