El Eibar da otro paso hacia Segunda. Quién sabe si el definitivo. Las matemáticas admiten todavía cualquier posibilidad pero es difícil hasta echar mano de la calculadora visto el panorama. Porque la derrota ante el Levante ha dejado sin asideros a los azulgranas, que caen al fondo de la clasificación, a cuatro puntos ya de la 17ª plaza, y, peor aún, dan la sensación de no tener recursos para mejorar su rendimiento. Tampoco ayuda el calendario, que en estas ocho últimas jornadas de la temporada, les reserva duelos con Real, Atlético o Barcelona.

Para cuando ha saltado al césped –con Yoel por Dmitrovic, que se ha lesionado durante el calentamiento–, con el derbi de San Mamés recién terminado, el Eibar ya era colista. Pero no se ha notado el rejonazo, como tampoco lo ha hecho la nueva fórmula con la que ha probado José Luis Mendilibar –tres centrales, dos carrileros y un mediapunta por detrás de los dos delanteros, aunque tras el descanso ha vuelto al clásico 4-4-2–. Se ha visto al mismo Eibar de los últimos partidos: voluntarioso pero inofensivo en ataque.

Y tampoco ha faltado el error letal. En el minuto 44, un despiste defensivo permitía al Levante generar su primera ocasión del primer tiempo. No ha entrado pero sí ha generado cierto nerviosismo y sólo dos minutos después, en el descuento de la primera parte, De Frutos, solo en el área, ha voleado un centro de Clerc desde la izquierda para sentenciar el partido.

Quedaba toda la segunda parte pero ha habido más de lo mismo por parte armera: mucha voluntad, poco resultado. Incluso los remates se han podido contar con los dedos de una mano ante un Levante serio y muy cómodo, que no ha tenido excesivos problemas para mantener su ventaja y convertir el final de temporada azulgrana en una agonía.

Estadísticas del Eibar-Levante (0-1)