Con la nocturnidad que supone jugar este miércoles el partido de la Jornada 31 de la Liga ACB a las 21.15, Acunsa Gipuzkoa Basket afronta un auténtico salto de fe en la cancha de San Pablo Burgos. La derrota frente al Betis del pasado sábado dejó a los donostiarras no solo sumidos en la última plaza de la competición, sino que la salvación se halla a dos victorias más el average; es decir, a tres victorias, con la recta final de la Fase Regular ya encarada.
El 68-91 dolió por cómo se produjo, por la impotencia d ela que hicieron gala los guipuzcoanos y porque ya no dependen de sí mismos para salir del agujero. Gipuzkoa Basket no solo suma solo seis victorias, sino que todos sus rivales directos le han ganado el basket average particular –a la espera de lo que suceda en su encuentro del fin de semana en Zaragoza–. Ello supone que Marcelo Nicola y los suyos deben combinar una muy buena racha de victorias con otra pésima de al menos dos adversarios.
«Tenemos que seguir creyendo y peleando hasta el final. Y peleando todos juntos, sin hacer cada cual la guerra por nuestra cuenta», dijo el técnico donostiarra tras ceder con estrépito ante un rival directísimo como el Betis, que salió de los puestos de descenso a costa de hundir un poco más a los guipuzcoanos.
Y San Pablo Burgos no parece el mejor adversario para sacar la cabeza. Cierto es que los de Joan Peñarroya cayeron por sorpresa en Fuenlabrada –otro rival directo de los donostiarras–, después de una semana cargada entre la covid-19 y sus compromisos en la FIBA BCL.
Pero los castellanos suman ya 17 victorias y ocupan la sexta plaza de la clasificación. Tienen los playoffs de la Liga ACB en su mano, pero por si acaso, no se dejarán ir para evitarse sustos y cruces indeseados en cuartos de final. Ante esa tesitura, los de Marcelo Nicola saben que deben apretar los dientes y buscar sus oportunidades; por lo menos, no dejarse ir antes de hora.