La posible despedida de Aimar Olaizola, a la que se puede unir la de Oinatz Bengoetxea, no hacen sino acentuar un cambio generacional en la mano profesional que está dando sus último coletazos. Las semifinales del Parejas que empiezan este sábado en el Labrit iruindarra son otro claro ejemplo de ello, una fase en la que debutan hasta tres pelotaris, es decir, que la final de 2021 tendrá, al menos, un debutante.
Ladis Galarza, Jon Mariezkurrena y Jon Ander Peña son las tres «caras nuevas» de esta liguilla en sus mayores logros, hasta el momento, como profesionales, eso sí, la trayectoria de los tres no puede ser más diferente. Los suyos han sido éxitos cocidos a distintas velocidades.
Jon Ander Peña es el reflejo del éxito inmediato, pues ha alcanzado las semifinales siendo un debutante en la competición. El tolosarra fue la gran sorpresa entre los elegidos por Baiko, dejando fuera de los titulares a Oinatz Bengoetxea y, junto a un Jon Ander Albisu con el que han generado una gran química, han completado una primera fase excepcional, con 10 victorias en 14 partidos y en una clara trayectoria ascendente.
La irregularidad y la inexperiencia parecían los handicaps de los Jon Ander, pero una vez controladas, el dominio en la zaga del ataundara y la irreverencia del tolosarra han dado una combinación capaz de todo. De hecho, han sido los únicos capaz de ganarles los dos partidos a Elezkano-Zabaleta y también han ganado a las otras dos parejas con las que se tendrán que jugar el pase a la final.
Las lesiones –en su primer año se rompió el meñique, hace dos años se le salió el hombro izquierdo y seguidamente se le rompió un nervio del brazo derecho, y el año pasado sufrió una rotura de fibras en el recto interior del muslo derecho– no le han permitido quizá labrar su palmarés en el Promoción, donde cuenta con dos subcampeonatos del acotado y otro del Parejas, pero poco más le puede pedir a su irrupción en la elite, para respiro de su empresa.
Cara y cruz
Por edad y años de profesionalismo, el de Jon Mariezkurrena también podría ser un caso de precocidad, pero su mayor bagaje en las competiciones de primer nivel nos lleva a hablar de un éxito a «fuego medio». Y es que esta de 2021 ha sido su tercera participación en el Parejas, tras haber visto las dos caras de la misma manera en las dos anteriores.
A la primera, la de su debut, solo le faltó la guinda de entrar en semifinales, algo de lo que estuvo muy cerca junto a Iñaki Artola. De hecho, el pase se les escapó en un duro y angustioso partido ante Ezkurdia y Ladis Galarza, que no se jugaban nada al estar eliminados, otorgando el pase a Altuna III-Martija. Pero aún y todo, el zaguero de Berriozar fue una de las sensaciones de ese campeonato, ofreciendo grandes exhibiciones con su potente derecha.
El de la confirmación, sin embargo, fue el año más complicado, dentro y fuera de la cancha. Dentro, problemas de manos no le permitieron disfrutar todo lo que debiera de su emparejamiento con Oinatz Bengoetxea y fuera las relaciones con su empresa tampoco pasaban por el mejor momento, como terminó confirmándose meses después.
Tras momentos aún más complicados en todo el proceso de su renovación, posterior huelga y verse relegado a aficionados, Aspe le brindó la oportunidad de volver al primer nivel acompañado de Jokin Altuna y Mariezkurrena no ha dejado pasar esta oportunidad. Un pequeño bache les obligó a jugársela en el play off, pero una vez superado este reto magnitud, salen reforzados y aspiran a todo.
Mucha paciencia
Y, por último, Ladis Galarza vendría a ser un producto madurado a fuego lento, o a baja temperatura como se dice ahora. El de Baraibar ha sido el éxito, porque estas semifinales así lo son para él, de la constancia, quizá hasta de cabezonería, de seguir adelante a pesar de la multitud de obstáculos que se ha topado en el camino.
Porque el hoy pelotaris más veterano de Aspe, por edad, las ha visto de todos los colores, incluyendo dos cambios de empresa cuando su juego no terminaba de convencer a nadie.
Debutó en el Parejas en 2014, junto a Oinatz Bengoetxea, cuando nadie lo esperaba y fue de los primeros en sufrir la crueldad de la conocida como «cláusula Gonzalez» por la que la empresa tenía potestad de retirar a un pelotari del campeonato alegando «bajo rendimiento». Entre un problema en su mano, sus malas actuaciones y las faltas de respeto de algunos aficionados en algunos partidos, apenas jugó la primer vuelta y fue sustituido por Ibai Zabala.
Tardó cuatro años en volver a ser titular en el Parejas y su suerte fue aún peor, pues apenas jugó un partido, ya que cayó lesionado en el segundo partido junto a Urrutikoetxea en Zierbena y no volvió a jugar más.
Baiko, Asegarce por aquel entonces, dejó de confiar en él y Aspe volvió a acogerlo en su seno cuando la maldición de los hijos de grandes campeones parecía volver a cobrarse otra víctima. Incluso lo alistó en el Parejas junto a Ezkurdia y la liguilla se les escapó por un punto.
El año pasado, junto a Altuna, dio un paso más y el listón de las semifinales cayó en el play-off, sistema que se estrenó en una edición en la que la pareja de Aspe fue cuarta, pero cayeron ante Laso-Albisu, quintos, por 15-22 en Eibar.
Este año las cosas tampoco empezaron nada bien junto a Ezkurdia, con derrotas bastante dolorosas como la del debut, 3-22 ante Elezkano-Zabaleta en Irun, pero lo navarros han sabido recuperarse, ir de menos a más y, con el de Arbizu otra vez en su mejor nivel, no tienen miedo a nadie.